
Florentino Pérez afirmó este miércoles que Cristiano Ronaldo es el "digno heredero de Di Stéfano en el Real Madrid". Las palabras del presidente durante la entrega de la Bota de Oro al portugués han levantado cierto revuelo dentro del madridismo. ¿Quién es el verdadero heredero de 'La Saeta' en el Santiago Bernabéu? Nombres como Raúl, Zidane o Butragueño reclaman su protagonismo en un debate difícil de responder, toda vez que todos poseen pros y contras que le alejan y acercan a la vez a la figura del mítico ex jugador blanco.
Porque para saber quién es el heredero de Di Stéfano hay, ante todo, que definir qué supuso Di Stéfano para el Real Madrid, asunto con el que se podrían escribir ríos de tinta.
A modo de resumen se podría decir que el fichaje del argentino supuso para los blancos el paso de ser un equipo normal, a convertirse en el dominador del fútbol español, europeo y mundial. Además, 'La Saeta Rubia' ofreció un estilo de fútbol jamás conocido en el balompié del momento. Di Stéfano fue el primer 'todocampista' de la Historia.
Dicho esto, su aportación en Real Madrid también estuvo marcada por lo estadístico. Sus datos fueron simplemente espectaculares y los consiguió, además, en pocos partidos y con condiciones muy diferentes a las actuales, cuando apenas había cámaras que captaran las duras entradas con las que solían frenar los defensas a sus rivales y cuando los viajes largos eran, por momentos, un suplicio.
Así las cosas, Di Stéfano logró 307 goles en 396 partidos (0,77 goles por partido) repartidos entre la Liga española (216), la Copa (39) y trofeos internacionales (52). Por todo ello logró cinco premios de máximo goleador en la Liga española y dos Balones de Oro (amén de la distinción del 'Súper Balón de Oro' que le otorgó France Football en 1989, única que se ha dado en la Historia).
Cristiano el devorador
En las comparaciones, Cristiano Ronaldo es el hombre que más se parece a Di Stéfano en lo que se refiere a guarismos y títulos individuales. A día de hoy, el luso ha acumulado 274 goles con los blancos en los 262 partidos que ha disputado, esto es, una media de 1,05 goles por partido. Además, el luso ha vencido ya un Balón de Oro tras una temporada completa con el Real Madrid (el otro lo logró en el Manchester United) y amenaza con lograr el tercero en la presente temporada.
A todo ello hay que unir su ambición y hambre de títulos y gloria, algo que ha permitido al Real Madrid ir creciendo poco a poco hasta abandonar los malos tiempos de finales de la década de 2000 y volver a conquistar el trono de campeón de Europa.
Con todo y con eso, el problema con el que se encuentra Cristiano Ronaldo es que no ha estado acompañado de los títulos colectivos que sí logró 'La Saeta'. Además, su posición como delantero centro no es comparable a la de Di Stéfano, portador del '9' en la espalda, pero capaz de desarrollar su fútbol en todas y cada una de las posiciones posibles.
Raúl y las paradojas de Zidane y Butragueño
Hasta la llegada de Cristiano Ronaldo, Raúl simbolizaba lo más parecido a Di Stéfano ya no sólo en cuanto a sus estadísticas, sino también en cuanto al crecimiento que dio el equipo de su mano.
El ex capitán blanco (ahora flamante jugador de los New York Cosmos) es el actual máximo goleador del Real Madrid en toda su historia con 323 goles, eso sí, logrados en 16 temporadas (cinco más que Di Stéfano) y 741 partidos (casi el doble que el argentino). En toda su carrera como madridista, el '7' logró seis Ligas y tres Champions como parte de un equipo, el Real Madrid de los 90, que devolvió la gloria Europea a los merengues.
El problema de Raúl en esta comparativa es que no atesora la clase o capacidad de todocampismo que exhibía el ex presidente de honor blanco.
Una clase de la que sí gozaban Butragueño o Zidane, también candidatos a ser herederos de Di Stéfano. El problema del 1º es que su categoría no estuvo acompañada de títulos colectivos (jamás ganó la Copa de Europa) o de elevados números goleadores. El francés, por su parte, sí que tenía un estilo de fútbol elevado similar al de Di Stéfano, pero le faltó continuidad en un equipo en el que sólo brilló a grandísimo nivel en su primera temporada.