
Carlo Ancelotti lleva apenas año y medio en el Real Madrid y desde entonces, ha dado la vuelta de arriba abajo al equipo blanco. Ahora los blancos son un equipos que aman tener la pelota sin despreciar los contragolpes. Una posesión útil, como él mismo ha reconocido que ha estado aderezado por un buen puñado de planes alternativos que nadie esperaba. Carletto es un experto en inventarse soluciones donde nadie las ve y, lo mejor de todo, conseguir que funcionen.
Los ejemplos son variados. Desde las rotaciones en la portería, pasando por la reconversión de Di María como interior, la de Isco como mediocampista con ramalazos defensivos o la de James como de delantero a hombre de banda. Un elenco de mutaciones a las que añadir el enésimo plan B de 'Carletto'. Su nombre es Marcelo y su objetivo, convertirlo en una opción válida para la medular blanca.
Una posibilidad, la de verle en el mediocampo, que no es del todo nueva. Ya en la 2008-2009, Juande Ramos usó al entonces jovencísimo lateral en el costado zurdo como si de un interior más se tratase. La ausencia de jugadores para el puesto obligó al técnico manchego a subir a Marcelo de posición.
El cambio, lejos de ser negativo para los merengues, acabó con su cuenta goleadora llena de goles importantes. Sin embargo, desde entonces, Marcelo no había jugado más en la medular. Hasta ahora. El '12' suma ya dos partidos consecutivos ocupando durante unos minutos ese puesto.
Ante el Barça, jugó de inicio en su posición original y desde ella, volvió loco a Dani Alves. Ya en los minutos finales del Clásico, Ancelotti sacó a Arbeloa. El salmantino ocupó el costado zurdo de la zaga mientras que Marcelo se marchó unos metros por delante.
Un rol que repitió frente al Cornellá, en Copa, pero esta vez desde el banquillo. Marcelo saltó en la segunda parte y volvió al mediocampo. Jugó desde el minuto 14 de la segunda parte en lugar de James y durante 30 minutos, jugó con buen ritmo.
De hecho, marcó un gol criticado por la celebración, pero de importante valor para un Ancelotti que sabe que ya cuenta con otro plan B si fuera necesario. El de usar a Marcelo como centrocampista izquierdo si así lo considerase oportuno y siempre dentro de un sistema, el 4-4-2, ante el que el Real Madrid ha dado últimamente mejor rendimiento que con el 4-3-3 con el que juega habitualmente.