
El FC Barcelona jugará esta noche (21:30) frente al Espanyol la denominada Supercopa de Catalunya. Un título oficioso para el que han vuelto a caerse de la convocatoria Vermaelen y Douglas, ambos tocados por problemas físicos. Una dupla que escenifica la mala planificación culé en defensa. Después de haberse gastado 41 millones de euros en zagueros este verano, los culés siguen apostando por una línea muy parecida a la que ha utilizado en los últimos años.
Frente al Real Madrid, en el Bernabéu, Luis Enrique apostó por Alves, Piqué, Mascherano y Mathieu. El galo fue el único fichaje de esta línea. El resto ya estuvo en la final de Wembley de 2010.
Una falta de renovación que se nota también en el resto de la plantilla, aunque no afecta tanto al rendimiento como ocurre con la zaga. Desde hace tiempo el Barça viene advirtiendo problemas serios para formar una defensa de garantía.
El bajo rendimiento de sus futbolistas y bajas como las de Puyol o Abidal pedían a grito sangre nueva. Pero ésta nunca llegó. Unos veranos, porque la mayor parte de la inversión se marchaba a otros puestos (Cesc, Alexis, Song, Fábregas...). En otras ocasiones, porque los encargados de la planificación creían oportuno apostar por la recuperación de los tocados.
Fue lo que ocurrió en 2013, cuando el 'Tata' Martino afirmó que Puyol sería su mejor fichaje. El central apenas jugó durante toda la temporada y al final de curso, anunció su retirada.
Un fallo estratégico grave que, cuando se ha querido corregir de verdad, esto es, en el pasado mercado estival, no se ha podido corregir por varios motivos. Uno de ellos es que el club también debía remodelar otras líneas y, por lo tanto, la inversión era limitada. El hecho de que el resto de clubes supiera de las necesidades blaugranas ha propiciado un incremento de precio en los centrales que ha hecho descartar los principales objetivos blaugranas.
David Luiz, Marquinhos, Laporte, Hummels... todos cerraron las puertas al Barça. Andoni Zubizarreta, director deportivo culé, y Luis Enrique se vieron abocados a elegir la sexta opción disponible, esto es, Vermaelen, un central belga que apenas compitió el curso pasado y que llegó lesionado a Barcelona.
Una inversión arriesgada de 15 millones de euros que todavía no ha ido convocado ni un sólo partido. A su fichaje se unió el de Douglas, un brasileño desconocido contratado para suplir a Alves, pero que ha decepcionado en el único partido que ha jugado.
El 15 de octubre se lesionó y no ha vuelto a aparecer por un terreno de juego. Mientras, canteranos como Montoya o Bartra siguen relegados a un segundo plano. En el caso del primero, porque según deja entrever Luis Enrique, sigue sin dar la talla para estar en el primer equipo.
El segundo, por una mera cuestión de galones ante la presencia de Piqué. Galimatías que sigue sin resolver y que deja más problemas que soluciones a un equipo débil como nunca en su defensa.