
Thiago Alcántara está viviendo un auténtico calvario. El mediocampista hispano-brasileño del Bayern de Múnich, petición expresa de Pep Guardiola a su llegada a Alemania, se volvió a lesionar la rodilla derecha. Es la tercera recaída que sufre en esa articulación, lo que le provocará estar otros tres meses más lejos de los terrenos de juego. En total, casi 15 meses si contabilizamos los que ya ha padecido lejos del campo. "¿Por qué siempre me pasa esto a mí?", se lamentaba ayer el jugador. La respuesta quizá haya que encontrarla en el propio Pep Guardiola.
La nueva dolencia ha disparado las acusaciones contra el entrenador de Santpedor por haber tenido una actuación irresponsable a este respecto. La historia, en verdad, viene de lejos.
Cuando Thiago se lesionó por primera vez, Guardiola autorizó a Thiago a viajar a España para a tratarse la lesión e inicialmente se le aplicaron inyecciones de cortisona. El médico del equipo, Hans-Wilhelm Müller Wohlfahrt, era contrario a este tratamiento. Su consejo era acudir al quirófano.
Según versiones difundidas por medios alemanes, las inyecciones complicaron la lesión. En todo caso, Thiago volvió a los entrenamientos y sufrió una recaída, que hizo necesaria una primera operación a la que se sometió el 15 de mayo.
Guardiola, cuando era claro que la baja se prolongaría y que Thiago no llegaría ni a la final de la Copa de Alemania ni al Mundial de Brasil, dijo que él, y no Müller-Wohlfahrt, había sido el responsable de la gestión de la lesión.
Una asunción de culpabilidad que no ha servido para calmar los ánimos entre el galeno y el entrenador y que ha vuelto a jugar al segundo una mala pasada a Pep ahora que Thiago se ha vuelto a romper. El jugador pasará de nuevo por el quirófano y deberá esperar hasta enero-febrero para, si todo sigue el ritmo adecuado, volver a vestirse de corto con la camiseta del Bayern. "Lo celebraré. No me rendiré hasta conseguirlo", declaró ayer el futbolista.