
Este verano ha traído alguna que otra novedad en el vestuario del Real Madrid. Han llegado tres nuevos fichajes, la portería ha vuelto a verse afectada con la marcha de Diego López y un canterano como Morata se ha ido rumbo a Italia. A todo esto, también se ha producido un cambio en el bastón de mando del Real Madrid.
Porque, tal y como informa Marca, Ancelotti ha cambiado el mando del equipo, lo ha depositado en manos de otro futbolista. Toni Kroos es el elegido para comandar al conjunto blanco desde la medular. Algo para lo que se prepara en la final de la Supercopa de Europa, pero que también será la tónica habitual en el resto de la temporada que acaba de comenzar.
Debido al progresivo desplazamiento que las incorporaciones efectuarán sobre Xabi Alonso (es más que probable que sea suplente en un principio), el entrenador italiano dará la batuta este año a Kroos. La orden es clara: balones al alemán, que todo el juego pase por sus botas. El ex del Bayern tendrá el mismo rol que con Alemania.
Modric será su socio
Para esta tarea, Kroos no estará solo. Luka Modric será el lugarteniente del alemán y cubrirá todos los huecos a los que no pueda llegar. En virtud de la orden de Ancelotti, se espera que Modric pierda algo de protagonismo con la pelota para concentrarse en labores defensivas. Pero a lo largo del pasado año el croata ya supo prodigarse en ataque y combinar de forma efectiva ambas facetas.
De esta forma, se confirma una de las claves del equipo blanco para esta nueva temporada. Un doble pivote falso, sin pivotes, sino con dos falsos pivotes que en realidad abarcan más campo y tienen un mejor manejo del balón del que se le pide a priori a un jugador ese puesto.
Además, esto pone de relieve otro aspecto: la continuidad en la situación de Asier Illarramendi, que a pesar de contar con muchos más días de entrenamiento, ha sido de nuevo relegado a no jugar por un futbolista que apenas ha tenido tiempo para interiorizar las enseñanzas y mecanismos de Carlo Ancelotti.