Tras la marcha de Carles Puyol y Víctor Valdés, la plantilla del Barcelona se ha enfrentado esta semana a la tarea de buscar nuevos capitanes que sustituyan a las dos figuras que han dejado un gran hueco en el vestuario. Los medios catalanes ya han filtrado que ha habido fumata blanca.
Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Leo Messi y Sergio Busquets han sido los elegidos, en ese orden. Al quedarse en el club, el de Terrasa pasa a ser el primer capitán, Iniesta pasa a la segunda plaza y entran Messi y Busquets. Llama la atención la ausencia de Gerard Piqué.
A pesar de ser uno de los pesos pesados en el vestuario blaugrana, el central se quedaría fuera de esta lista de cuatro. No obstante, el '3' es uno de los capitanes de facto. Así que, a pesar de lo que se ha votado entre los jugadores, lo cierto es que Luis Enrique ha ganado dos capitanes que no están entre los más votados y que se suman en el campo a los elegidos por los jugadores.
Son el propio Gerard Piqué y Javier Mascherano. Dos de los futbolistas de más raza del Barcelona y con mucha importancia y voz en el vestuario. Con una gran influencia sobre el resto de los jugadores, su presencia entre los capitanes resultaría extraña si no se supiese que el criterio de antigüedad ha tenido mucho valor en las votaciones.
Luis Enrique suma dos personas extra a su particular nómina de capitanes en un nuevo equipo al que el asturiano quiere impregnar de hambre competitiva.
Dos de los futbolistas a los que el resto mira en busca de un consejo, de ayuda o de palabras de ánimo. Dos jugadores que no se esconden, que hablan claro delante de las cámaras y que, si bien no dudan en hacer autocrítica, son fieles defensores de la plantilla.
En definitiva, dos capitanes más de los que 'Lucho' no durará en utilizar como una extensión suya en el campo. El cambio en Can Barça necesita de todas las ayudas posibles, y el técnico culé ya sabe que, además de sus cuatro capitanes oficiales, tiene dos más en la sombra para ejecutar la vuelta al éxito.
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