Fútbol

El Real Madrid medita hacer una revolución imprevista en su centro del campo

Khedira (a la derecha) podría abandonar el Real Madrid en breve | EFE

El Real Madrid se ha mantenido en los últimos tiempos firme en la misma idea con respecto al próximo mercado estival. Los blancos apostaban por cambios serenos. Nada de revoluciones. Nada de vuelcos en la plantilla. La filosofía era clara: sólo se ficharía en función de las bajas. Cada salida, una incorporación. Nada más. Nada menos. Sin embargo, algo ha cambiado.

En las últimas semanas las oficinas del club blanco albergan más alternativas. La idea básica sigue siendo fichar si se vende con el matiz de que las bajas podrían ser mucho más elevadas que las previstas y, con ellas, las incorporaciones. Un vuelco que se centraría sobre todo en una zona del campo: la defensa.

Hasta ahora el Real Madrid tenía prevista sólo una baja, la de Casemiro. El brasileño no se ha sentido cómodo con Ancelotti y en sus perspectivas de futuro está buscarse la vida lejos de Madrid. Si el mediocampista se marcha, el Real Madrid incorporará a un recambio que, salvo sorpresa, ya tiene nombre y apellidos: Toni Kroos.

El alemán del Bayern de Múnich es el favorito y las negociaciones con su club ya están avanzadas. El acuerdo con el futbolista se da por hecho. Así pues, salvo sorpresa, Kroos estará a las órdenes de Ancelotti para cuando empiece la temporada.

Hasta aquí, nada nuevo. Éste era el panorama que manejaba el conjunto blanco hasta hace apenas un puñado de días. ¿Qué ha cambiado? Dos nombres propios.

El primero, Khedira. El compatriota de Kroos está empezando a enfadar a parte de la directiva blanca con sus excusas en el proceso de renovación iniciado hace ya tiempo. En Madrid se pensaba que su ampliación de contrato sería sencilla. De hecho, se daba por hecho que la cerraría antes del Mundial. Sin embargo, el mediocampista de origen tunecino aún no ha dado una respuesta firme.

Los blancos creen que está tratando de aprovechar el campeonato del mundo para lograr ofertas con las que presionar al club y que, así, se dispare el coste de su renovación. Una estrategia que podría salirle mal. Con sólo dos años más de contrato, en el club no verían con malos ojos su venta siempre que la oferta satisfaga los deseos blancos. En Concha Espina no negociarían por menos 20-25 millones de euros.

El otro nombre propio es Illarramendi. El joven mediocamista español no convenció el curso pasado. En Madrid se tiene confianza en que crecerá hasta ser una especie de nuevo Xabi Alonso. Sin embargo, sus actuaciones en partidos clave y, sobre todo, sus reacciones ante los grandes retos, preocupa.

Illarra, lejos de crecerse ante los partidos clave, se ha empequeñecido hasta disiparse completamente con fallos que han podido costarle caro a los suyos. El partido que disputó en Dortmund fue, por ejemplo, un desastre. Un desastre que le pudo costar la Décima a los merengues.

El ex de la Real Sociedad tiene ofertas sobre la mesa, aunque el Real Madrid sólo contempla una cesión. El último en llamar a su puerta ha sido el Oporto de Lopetegui, una opción que no se ve con malos ojos en Concha Espina.

En todo caso, uno y otro, Khedira e Illarramendi, dejarían en la medular dos huecos más que el Real Madrid debería cubrir en las próximas semanas. Jugadores como Verratti (PSG), Pogba (Juventus), Pardo (Real Sociedad) o Depay (Feyenord) son algunos de los nombres que podrían cubrir ambas bajas y provocar una revolución imprevista en la medular merengue.

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