Fútbol

El día que Messi sometió a Alexis en el vestuario del Barça

Alexis y Messi celebran un gol con la camiseta del Barça | Reuters

El Mundial de Brasil es, como todo buen campeonato del mundo de fútbol, un escaparate gigantesco de grandes jugadores. Los mejores futbolistas del planeta tratan de mostrarse ante los ojos de sus posibles nuevos equipos. Algunos, por el contrario, tratan de hacerlo para que sus actuales clubes les conozcan mejor. Es un caso curioso, pero no insólito. Ya ha sucedido en otras ocasiones.

Estamos hablando de esa situaciones en las que futbolistas tapados por grandes figuras en sus escuadras deciden usar este campeonato para emerger con la fuerza que no se les ha visto en sus equipos de origen.

En este Mundial esa condición le está correspondiendo a algunas de las estrellas del FC Barcelona. En el Camp Nou la gran figura tiene nombre y apellidos argentinos. Leo Messi ejerce un control total que eclipsa el estilo del resto de sus compañeros. También sucede en Argentina.

Compañeros que, sin 'La Pulga' al lado, deciden brillar como nunca. Es lo que sucede, por ejemplo, con Neymar o Alexis. Ambos jugadores están ofreciendo en Brasil y Chile respectivamente un rol desconocido por tierras catalanas.

El primero se ofrece, encara, dribla y la pide como jamás lo ha hecho en la Ciudad Condal. El otro, además de hacer todo esto, se atreve a jugar en áreas donde parece vetada su presencia en el Barça. Es la ventaja de no jugar con Leo al lado.

Porque el argentino mediatiza a sus compañeros hasta límites insospechados y con técnicas que llaman la atención. Técnicas que, en algunos casos, se esconden en la intimidad del grupo hasta que emergen al exterior en forma de filtraciones sorprendentes. Una de esas filtraciones apunta precisamente al propio Alexis y a la historia de cómo Messi le sometió en el vestuario culé sin apenas mover una pestaña.

Sin saludo en el vestuario

Según destapó ayer Paco González, director de Tiempo de Juego, todo ocurrió al poco de que el chileno se vistiera de blaugrana, después de un partido en el que el extremo 'maravilla' lograra un doblete que, para él y para sus compañeros, supuso un importante golpe de confianza. Aquella noche, sin embargo, Messi no marcó.

El encuentro no había hecho más que acabar cuando todo el grupo se introdujo en el cambiador. El último en acceder fue un Messi que, tras la victoria, se fue saludando uno por uno a todos sus compañeros. A todos les chocó la mano. A todos les dirigió alguna palabra de ánimo. A todos menos a Alexis. Cuando el 10 se puso a la altura del chileno decidió pasar de él y no darle la mano.

Ni un gesto. Ni una mirada. Nada. Alexis se quedó helado. Petrificado. No sabía qué hacer o qué decir. Había captado el mensaje. Messi y sólo Messi podía brillar en el Barça. Quien lo hiciera sin su permiso o sin dejarle participar en la fiesta, lo pagaría con su desprecio.

Al siguiente partido, cuenta el entorno íntimo de Alexis, el ex futbolista de Udinese cambió su modus operandi sobre el terreno de juego y, apenas se hacía con el esférico, trataba de dársela a 'La Pulga' para que se sintiera satisfecho. Es el poder de sometimietno de un Messi sin el que algunos de sus compañeros en el Barça brillan más, como está demostrando este Mundial de Brasil.

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