Fútbol

Tito Vilanova convenció a Messi para que no se fuera del Barça días antes de morir

Vilanova y Messi en un partido de la Champions League | Reuters

Tito Vilanova, ex entrenador del Barça recientemente fallecido, era más que un entrenador para los jugadores que lo tuvieron a sus órdenes. Era, para algunos de ellos, un padre. Tres de los futbolistas que compartieron experiencias con él en el primer equipo ya lo disfrutaron en un histórico cadente. Piqué, Cesc y Messi lo conocían desde que eran pequeños. Una confianza que se demostró hasta los últimos días de la vida del preparador, cuando Vilanova convenció a Messi para que no abandonara el club culé pese a que 'La Pulga' ya había decidido que se marcharía rumbo al PSG.

Así lo ha revelado hoy El Periódico de Cataluña en una información que ha sido aumentada por otros medios y periodistas cercanos a Vilanova y a Messi, como la televisión pública TV3 o el diario Mundo Deportivo.

La historia original la firma Emilio Pérez de Rozas. El veterano redactor cuenta como Messi y Pinto (junto con Pepe Costa, amigo de confianza de Tito y de muchos jugadores de la plantilla) se presentaron en la casa del entrenador sólo seis días antes de que falleciera.

El encuentro tuvo lugar poco después de que el Barça perdiera la final de Copa y de que quedara eliminado por el Atlético de Madrid en la Champions League.

No fue una cita causal. Vilanova no quería que ninguno de sus ex jugadores lo vieran. La enfermedad ya había castigado mucho su estado físico y el entrenador no quería que se le recordase en una situación tan deteriorada. Sin embargo, con Messi y Pinto hizo una excepción.

En una conversación telefónica con Josep María Bartomeu, el presidente del Barça le transmitió que Messi quería irse. Tito, sabedor de que Leo había querido visitarle en ocasiones anteriores, pidió a Bartomeu que diera permiso al futbolista para acudir a su domicilio. Rompería sus deseos para charlar con Messi y convencerle de que se quedara.

El ariete llegó a la casa de Tito y mantuvo una larga conversación con el preparador en la que éste le dijo que el Barça era su sitio. Que en ningún otro club estaría mejor y que el temor que tenía Messi por los pitos era algo circunstacial. En cuanto el equipo jugase mejor, desaparecerían.

Messi aceptó el consejo de su técnico y se fue del hogar de Vilanova impresionado por la entereza de su ex entrenador pese a su deteriorado estado físico. Dos días después, Messi jugó contra el Atheltic de Bilbao e hizo un par de goles.

Sólo cuatro más tarde, Tito fallecía. El cuatro veces ganador del Balón de Oro fue, con Pinto, el último jugador culé que lo vio con vida. En ese momento Messi decidió que lo mejor sería seguir su consejo y quedarse en el Barça.

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