Fútbol

Zubizarreta es el obstáculo para el plan de Luis Enrique

Luis Enrique, junto a Bartomeu y Zubizarreta en su presentación. Foto: EFE.

Luis Enrique ha llegado a Barcelona como un entrenador plenipotenciario. Con la autoridad y confianza suficiente para afrontar los difíciles retos que le esperan en la ciudad condal, la directiva culé estuvo de acuerdo desde el principio en una cosa: todo debía hacerse como lo pidiese el asturiano. Sin embargo, con el técnico ya a los mandos de la nave, las cosas no terminan de enfilar el camino predeterminado.

Porque una persona se ha interpuesto en esa premisa que se estableció en las negociaciones: Andoni Zubizarreta. El director deportivo del Barcelona, en la primeros días de Luis Enrique en el equipo, ya ha puesto freno a dos de los deseos del entrenador. En concreto, la llegada de un portero y un delantero con el objetivo de reforzar ambas zonas del campo.

El mismo Luis Enrique lo dijo en su presentación: "Habrá cambios, se tocarán posiciones e intentaremos reforzarnos de la mejor manera posible". La actitud de Zubizarreta en este sentido ha sido intervencionista, y con ello rompe con lo acordado. Hasta el momento, es el único elemento que no se mueve en la misma dirección que el gijonés. Zubi se convierte así en la única oposición a su plan.

Las diferencias no se quedan ahí. Entrenador y director deportivo mantuvieron una discusión futbolística sobre la delantera del Barcelona antes de la oficialización de su fichaje, y otra vez las versiones de uno y otro fueron antagónicas. Luis Enrique se mostró a favor de fichar un delantero puro, un nueve de área; pero Zubizarreta volvió a expresar su disconformidad: prefería seguir con la fórmula del falso 9.

Caer en el mismo error

Este ejemplo es síntoma de algo más grave: la perseverancia de Zubizarreta en estos conceptos denota una peligrosa tendencia a volver a caer en los errores anteriormente cometidos y a fijarse en modelos que ya no son eficaces. En determinados momentos de la temporada ha quedado claro que el Barcelona carecía de alternativas al toque. Los infinitos centros al área de Alves no tenían destinatario.

Luis Enrique ha irrumpido en el Barcelona sabiendo esos problemas, y una de sus primeras ideas estaba encaminada precisamente a solucionar la falta de variantes en ataque. El fichaje de un delantero era esa solución, pero Zubizarreta lo ha frenado por el momento.

En el caso del portero, Zubizarreta ronda el mismo pecado por el que el Barça ha penado buena parte del curso: la falta de intensidad. Con la llegada de un portero de garantías (aparte de Ter Stegen), Luis Enrique quería hacer bueno uno de sus mandamientos: que ningún jugador puede relajarse y que solo jugará aquel que se lo gane en los entrenamientos.

El fichaje de un cancerbero venía precisamente a satisfacer esa querencia por parte del asturiano, pero Zubi prefiere tirar de gente de la casa. Luis Enrique fue el primero en declarar que confiaría en La Masia, pero entiende que el puesto de guardameta es sumamente importante y que debe estar cubierto por porteros de un nivel que ninguno de los cachorros blaugranas tiene.

Por todo esto, la capacidad de Luis Enrique para hacer y deshacer y con ello ejecutar el lavado de cara al equipo, tiene ya un lunar. Queda mucho verano por delante, pero el flamante entrenador del Barcelona tiene ya un verdadero problema. Y se encuentra dentro de su propio club.

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