
Javier Mascherano, defensa central del FC Barcelona, protagonizó una de las escenas más sentidas del encuentro que midió a su equipo frente al Villarreal. Nada más acabar el partido, agotado por el esfuerzo físico, pero también tocado por el esfuerzo mental de jugar tras la muerte de Tito Vilanova, rompió a llorar sobre el césped de El Madrigal.
Sus compañeros acudieron a consolarle mientras se enjugaba las lágrimas como había hecho Busquets antes de que comenzara el choque, en el minuto de silencio previo al partido.
Y es que este duelo fue de todo menos sencillo para los culés . Aunque toda la plantilla estaba advertida desde hace semanas de la gravedad del estado de Vilanova, lo cierto es que la pérdida del entrenador ha supuesto un duro golpe que incluso hizo que se replanteasen jugar o no el partido.
La respuesta fue unánime: "Hay que jugar por Tito". También se planteó la opción de jugar de negro como muestra de luto por el fallecimiento del preparador, pero la plantilla también decidió vestir con los colores por los que Vilanova había dado su vida, esto es, de blaugrana.