Carles Puyol está de despedida. Se va del Barça. Se va del fútbol. el capitán culé anunció a principios de año que había llegado a un acuerdo para dejar la entidad y que incluso se había pensado la retirada.
Ayer, meses después de aquella comparecencia, Puyi volvió a hablar. No confirmó si colgará las botas el 30 de junio, pero sí ratificó los motivos por los que muchos todavía le consideran el corazón del mejor Barça de la historia.
El central se ha ofrecido para hacer su último sacrificio con la camiseta culé. Un sacrificio que, sí o sí, podría mandarle definitivamente a la retirada, al adiós último y final. Porque él, Puyol, ha puesto su presencia en la final de la Copa del Rey en manos del Tata Martino y no en la de los médicos.
Aunque todavía no cuenta con el alta de su lesión, a él, a Puyol, le da igual forzar. Le da igual jugar con dolores e incluso romperse definitivamente. Le da igual porque sabe que sería su último partido con el club.
Sabe que después de la final de Mestalla no habrá más finales para él y que, para colmo, la entidad que se lo ha dado en esto del balompie le necesita.
Pese a que Bartra ha entrenado esta mañana con el grupo (Puyol lo ha hecho apartado) los problemas en defensa son muchos y variados. Piqué no llegará a tiempo para la cita y el propio Bartra lo hará con problemas musculares tras la sobrecarga que sufrió después de perder ante el Atlético de Madrid la semana pasada.
Aunque juegue, lo hará mermado junto a un Mascherano que deja muchas dudas y que, no lo olviden, tampoco es defensa. De ahí que Puyol quiera estar para lo que haga falta. Sea para jugar de inicio, sea para saltar en la segunda parte, él, 'Tarzán', lo quiere dar todo para ayudar a su equipo en el momento más complicado de la temporada. Aunque le cuesta la salud.
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