
¿Pagaría usted lo mismo por ver un partido de Segunda B que por un choque de Liga de Campeones? Pues ya lo está haciendo, o casi. El fútbol europeo le ha marcado el primer gol al español, pese a las dos recientes Eurocopas y al Mundial de Sudáfrica. Los precios que ha fijado el Schalke04 alemán contra el Real Madrid lo demuestran. Así, los aficionados teutones podrán animar a su equipo en Gelsenkirchen por entre 25 y 77 euros, lo que contrasta con los precios españoles: el boleto más competitivo para la vuelta costará el doble (50 euros); mientras que por entradas para la Segunda B se paga entre 10 y 40 euros. La Liga cobrará 40 millones a las teles por emitir los resúmenes del fútbol
Las carteras y las gradas se vacían, los aforos bajan y se incrementa el reparto desigual de los derechos televisivos: así, la Liga va camino de convertirse en una competición a la escocesa, un torneo bipolar entre Real Madrid y Barcelona con invitados ocasionales (como el Atlético de Madrid este año).
La voz de alarma la dio el economista José María Gay de Liébana a finales de 2012: "El fútbol español se está muriendo. Creo que le quedan unos cinco años, y los estadios me están dando la razón. No tiene gancho".
Este fenómeno también daña la competitividad de las escuadras: en las últimas semifinales de Champions, el Borussia Dortmund se deshizo sin problemas del Real Madrid (4-3, en el agregado) y el Bayern Munich, a la postre vencedor, humilló al que sería campeón en España, el Barça (7-0). Alemania sacaba el rodillo ante España, una competición que ya había mostrado que como producto también es más floja que la Premier League inglesa.
Ni rica ni competitiva -desde un punto de vista económico-, y cada vez menos fuerte sobre el verde; así está el panorama. La Liga española se ha convertido en "la más aburrida de Europa por la abusiva dualidad" de merengues y culés, sentencia un informe de la Universidad Tubingen y del prestigioso consultor Roland Berger.
Ir al campo es un lujo
Los españoles, con una renta per cápita de 20.200 euros anuales (Eurostat 2012), gastan mucho dinero en ir al fútbol si los comparamos con alemanes e ingleses. De media, las entradas más baratas para un campo de la Liga BBVA cuestan 29,91 euros y las más caras alcanzan los 147,7, según un estudio de The Guardian sobre la temporada 2012-13. En Italia (22.800 euros de PIB per cápita y otro de los países PIGS) la situación también es extrema: un tique cuesta entre 17,15 (el barato es un 43% más económico en España) y 112, 96 euros.
Frente a la Liga española y la Serie A italiana, la Premier inglesa y -sobre todo- la Bundesliga alemana se erigen como modelo a seguir. En estos países, cuyos ciudadanos tienen una renta per cápita de 30.200 euros, ir al fútbol es mucho más barato.
Así, los británicos pagan entre 34,3 y 70,23 euros, mientras que los teutones gastan entre 12,52 y 57,44 euros. Como muestra un botón: un conciudadano de Angela Merkel pagará un 40% menos que un español por animar a su equipo a pie de campo. Aunque el fútbol español se justifique diciendo que apuesta por los abonos, estos datos muestran que algo se está haciendo mal.
La crisis despuebla las gradas
Messi y Cristiano Ronaldo, Cristiano Ronaldo y Messi. Tanto monta, monta tanto: el argentino y el luso son los mejores jugadores del planeta pero ninguno de los dos -tampoco el resto de las estrellas de la Liga- consigue llenar los estadios.
Según una investigación de la consultora Pluri Consultoria, la asistencia media a los estadios no es la mejor ni por asomo: España solo accede el tercer cajón del podio, con un 74% de los asientos ocupados. Sin embargo, la Premier inglesa y la Bundesliga alemana rozan los llenos, con un 97% y un 90%, según los datos de 2012-13. Por contra, Italia apenas completa la mitad de sus graderios (51%), mientras que Francia solo llena 'al 68%'.

La Liga de Fútbol Profesional (LFP) ya ha admitido que esta temporada la afluencia a los campos ha bajado un 0,47% con respecto al año pasado, donde también cayó casi cinco puntos interanuales (también influye, claro está, la masa social de los equipos que ascienden y descienden; no arrastra igual gente el Almería que el Zaragoza, por ejemplo). Asimismo, hay dos casos que destacan sobre los otros: los blaugranas y el Getafe.
Los culés, que tienen un proyecto de nuevo estadio con 105.000 plazas, no consiguen llenar sus actuales gradas: en las semifinales de Copa del Rey, ante la Real Sociedad, hubo 38.505 personas de aforo. "No nos preocupa el descenso de asistencia", indicó entonces Jordi Cardoner, vicepresidente de la entidad. El caso del Getafe es aún peor: el club azulón que preside Ángel Torres, cuyo sueño es -curiosamente- construir un campo de 32.000 plazas, no reúne a más de 10.000 fanáticos (un 59% de su aforo de 17.000).
En total, la media de asistentes a los partidos en Primera División española apenas supera los 25.000 aficionados (los datos de la cadena estadounidense ESPN elevan la cifra hasta casi los 30.000), mientras que en Alemania roza los 45.000 y en Inglaterra los 35.000, según el Annual Review of Football Finance 2013 de Deloitte.
Televisión de doble filo
Javier Tebas, ahora presidente de la LFP, no duda en señalar a la crisis y al afán desmedido por tener estadios demasiado grandes (para el tamaño de las ciudades) como las causas del problema. No obstante, también el precio de las entradas, los horarios y las retransmisiones han alejado a los forofos de las canchas.
La televisión, sin embargo, también es fuente de riqueza. Si la Liga ingresa 652 millones, la Premier se acerca a los 1.300, la Serie A roza los 1.000 y la Bundesliga alcanza los 546. Así, estos derechos se han convertido así en un arma de doble filo. Aunque alejan al público del césped, impulsan financieramente a los clubs. Bueno, solo a algunos clubs.
Con 188,3 millones, el Madrid es el club europeo que más percibe por este concepto, seguido del Barça, con 117,6 millones, tal y como concluye el estudio Football Money League de Deloitte. No obstante, entre ambos se reparten más de la mitad del pastel, algo que no sucede en el resto de países, como concluye el Informe anual de finanzas del fútbol europeo de Euromericas Sport Marketing.
La desigualdad es brutal: mientras un equipo español puntero puede cobrar más de 10 veces más que el colista, en Alemania la diferencia se reduce y cobraría el doble. En Inglaterra, los que menos reciben cobran más de 60 millones, cantidad que incentiva la contienda doméstica. A petición de los clubes damnificados, consultoras como KPMG ya han roto una lanza en favor de la venta centralizada de derechos de transmisión.
Mala gestión, pocos fichajes
El mercado invernal en el fútbol europeo, que se cerró el pasado 31 de enero, padeció un ligero descenso (un 4,3% menos, hasta los 289 millones) en la inversión por parte de los clubes, con especial incidencia en España, que por tercer año consecutivo se situó en la cola de gasto en fichajes de las cinco grandes ligas continentales, según el estudio Soccerex Transfer Review 2014, del agente FIFA y exdirector de Mercadotecnia del Barça Esteve Calzada.
Frente a los 12 millones que ha gastado la Liga, la Premier gastó 150 (el 52% de la inversión de las cinco grandes ligas continentales), muy por delante de la Ligue 1 francesa (53), la Serie A (42) y la Bundesliga (33).
Este mal síntoma de salud financiera de la España del balón no por duro es novedoso: la tendencia ya dura cinco años y este mismo verano la Liga española se convirtió en la que más ingresa del mundo.
Las cajas de los equipos se abastecieron con 491 millones provenientes, sobro todo, de la Premier, que invirtió el doble (755 frente a 381).
Según el Balance de la situación económico-financiera del fútbol español 1999/2012 del Consejo Superior de Deportes, los ingresos aumentan pero este deporte genera pérdidas en su actividad ordinaria (entradas, derechos televisivos, publicidad, patrocinios merchandising, etcétera... En resumen, todo el negocio sin compraventas ni actividad inmobiliaria).
Estas cifras se compensan en parte con los resultados extraordinarios (fichajes y operaciones urbanísticas, por ejemplo) pero solo en cuatro años la Liga presenta beneficios. En cualquier caso, "hay que reconocer que en la temporada 2011-12 las perdidas ordinarias se reducen drásticamente y que el resultado final se aproxima al equilibrio", sentencia este documento.
La crisis económica del país también parece haber impuesto algo de cordura en terreno fiscal: poco a poco, los clubs reducen sus deudas con Hacienda y la Seguridad Social.