
En su segunda temporada como jugador blanco, Luka Modric se ha convertido en uno de los jugadores más importantes de Carlo Ancelotti. El croata es ahora uno de los futbolistas más en forma del Real Madrid, pero hace unos años estuvo muy cerca de decantarse por el eterno enemigo, el Barcelona.
Todo se remonta a la época en que Modric era uno de los baluartes del Dínamo de Zagreb. Según publica Marca, Goran Vucevic, exjugador del club blaugrana y ahora director deportivo del Hadjuk Split, se fijó rápidamente en el croata cuando ayudaba al Barcelona como ojeador para la antigua Yugoslavia. Según Vucevic, las cualidades de Modric llamaron la atención debido a que se ajustaban a lo que requería el Barça: toque, visión de juego, capacidad para crear en la medular...
Así, la directiva del Barcelona se guardó el nombre de Modric en la agenda, viendo atentamente sus evoluciones en la liga croata, esperando el momento óptimo para llevarse a la Ciudad Condal a un jugador que parecía realmente prometedor.
No se atrevió a ofertar
Sin embargo, el Barça pecó de conservador, y en el momento óptimo, no fue capaz de presentar una oferta por Modric. Fue el Tottenham el primero que se atrevió a confiar en él, y pagó 26 millones de euros. Desde Can Barça se pensó que era una cantidad demasiado elevada, y Modric se alejó para siempre del Camp Nou.
Según Vucevic, desde la dirección deportiva del Barcelona se pensó que había jugadores de La Masía que cumplían con las mismas características y a coste cero. No obstante, los blaugrana volvieron a intentar fichar a Modric cuando éste ya era jugador del Tottenham, pero el resultado fue el mismo: el precio era demasiado alto.
Esa fue la última vez que el Barcelona intentó que Modric se enfundara la zamarra blaugrana. Ahora, el centrocampista bajito que encandiló a la directiva culé es uno de los principales baluartes de su eterno rival. Las vueltas de la vida, el resultado de una decisión.