
Su llegada a Madrid estuvo marcada por los 30 millones de euros de su fichaje, y por el debate sobre si su incorporación era necesaria. Pero tras un año en el que no fue capaz de asentarse como titular en detrimiento de Xabi Alonso y Khedira, Luka Modric es uno de los jugadores más importantes del Real Madrid.
Con la llegada de Carlo Ancelotti y el cambio de sistema al 4-3-3, el croata ha encontrado su sitio en el campo y crece a marchas agigantadas. Su presencia en el juego es cada vez mayor, y su influencia en las victorias del equipo blanca queda demostrada. Ayer, en Cornellá, Modric impartió un auténtico recital sobre el césped y volvió a ser el jugador que deslumbró en el Tottenham.
Todo el juego del Real Madrid pasó por él, siempre se ofreció como alternativa a sus compañeros, encontró una salida limpia al balón y dejó detalles de calidad, como un control imposible con el pecho al borde de la línea de banda. Y no solo eso, el de Zadar también se aplicó en el aspecto defensivo: corrió detrás del balón, se sacrificó en las recuperaciones, y de hecho su ímpetu estuvo a punto de costarle la expulsión, ya que pudo ver la segunda tarjeta amarilla por una entrada a Víctor Sánchez.
Mejor como mediocentro
Modric ya ha zanjado el debate sobre su posición. Aunque con Mourinho en el banquillo comenzó jugando en la línea de tres mediapuntas del 4-2-3-1, se ha consolidado en el mediocentro. Retrasando su posición, con el balón más tiempo en su poder, se ha ganado un hueco en el once inicial.
Gracias a la labor de Khedira y Xabi Alonso, se ve más liberado en la faceta defensiva para poder organizar el juego del Real Madrid, y los datos hablan por sí solos: un 88% de pases acertados. Y aunque contra el Espanyol, con la inclusión de Di María en el centro del campo, se obligado a defender más de lo normal, canalizó buena parte de las jugadas del equipo blanco.
Con un pie fuera en verano
El mejor momento de Modric tiene lugar después de que este verano el croata estuviese a punto a salir del Real Madrid. Se barajó su inclusión en la operación por Bale y el Manchester United pujó muy fuerte por él en los últimos días de mercado, pero Ancelotti no quiso su marcha, y el elegido para irse fue Özil.
A partir de ese momento, el ex del Tottenham ha tenido una presencia ascendente en el Real Madrid. De hecho, ha eclipsado a dos de los jugadores que más expectación habían creado esta pretemporada: Illarramendi y Casemiro, que apenas han tenido minutos. Y es que no tienen un rival cualquiera: Modric se ha convertido en el jefe del Real Madrid.