Fútbol

Ancelotti se harta de Ángel Di María

Ancelotti durante el partido frente a Osasuna | EFE

Carlo Ancelotti engaña. Ante el público en general da una imagen de tipo afable y hasta entrañable. No es un tipo al que se le conozcan grandes broncas públicas. Responde en cada rueda de prensa con educación y dentro del terreno de juego no le gustan los aspavientos y gestos exagerados. No es Mourinho, vaya.

Pero detrás de esa fama de pacificador se esconde una mano de hierro. Mano que está empezando a utilizar con Ángel Di María. Al italiano se le ha acabado la paciencia con 'El Fideo'. Su último desaire en Osasuna ha provocado lo que parecía imposible. Ancelotti mostró su ira ante la desgana de su jugador.

Hasta en tres ocasiones tuvieron que llamarle la atención para que calentara antes de que saltara al terreno de juego. En la última de ellas fue el propio Ancelotti el que tuvo que dar un puñetazo en la mesa para que el jugador se pusiera las pilas. Lo mostraron las cámaras de Cuatro.

El preparador mandó calentar a algunos jugadores merengues y el argentino era uno de ellos. Al poco de saltar a la banda, Di María se frenó en seco. Nada de estirar o correr. Sólo miraba el juego.

Primer aviso. Paul Clement, segundo técnico, le pidió que aumentara el ritmo. Di María lo hizo. Pero apenas unos minutos. Luego volvió al tedio.

Segundo aviso. La escena se repitió y Di María volvió a 'fingir' durante unos minutos. Llegó el tercer aviso. Éste lo dio el jefe. Ancelotti, enfadado se dirigió a uno de sus asistentes con un evidente tono de enfado y le pidió que aumentara el ritmo de su pupilo.

Pese a su actitud, el 22 blanco saltó al campo, claro que no fue el jugador desequilibrante que pedía a gritos el Real Madrid. Modric le dejó su puesto, pero apenas demostró nada. Ni tensión, ni desborde, ni verticalidad. Nada.

Gestos y actitudes que amenazan con dejarle fuera del once para el próximo partido de los blancos en el Santiago Bernabéu, frente al Olimpic de Xátiva. Los merengues necesitan remontar y las últimas actuaciones de Di María invitan a pensar que sería Bale e incluso Jesé o Morata los encargados de ocupar su posición.

Mal asunto para un jugador que sigue reclamando más minutos a través de su representante y al que Ancelotti ha dado un pequeño aviso en sala de prensa.

"Dije que las puertas de mi despacho estaban abiertas, pero no ha entrado", comentó el viernes con un tono que evidenciaba que la paciencia se le estaba agotando. Lo sucedido en El Sadar podría ayudarle a tomar un camino con respecto al hombre por el que apostó en lugar de Özil cuando Bale fichó por la entidad del Bernabéu allá por el mes de agosto.

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