
El Real Madrid jugó ante el Málaga uno de sus mejores partidos de la temporada, mostrando un fútbol brillante, al contrario de lo que venía haciendo durante la mayor parte del inicio de campaña.
Los de Carlo Ancelotti desplegaron una actitud muy diferente con respecto a partidos anteriores con ciertas modificaciones tanto en su juego como en su actitud. Repasamos los principales cambios que llevaron al equipo al éxito y a ponerse de nuevo a tiro del liderato liguero justo antes de la disputa del 'Clásico' ante el Barcelona.
1- Presión, intensidad, sin despistes y con equilibrio. Todo el equipo participó. Se jugó rápido, se mantuvo la posesión, el doble pivote presionaba constantemente y hombres como los laterales o el propio Morata ayudaron en la recuperación del balón. No hubo fisuras. El buen juego fue un éxito armónico de los blancos.
2- Nuevas opciones ofensivas. Tanto Carvajal como Marcelo crearon grandes ocasiones por sus costados, la presión adelantada de Ramos y Pepe generó acercamientos con inesperados robos de balón, y Morata se reivindicó como referencia ofensiva ante la ausencia de Benzema. Hasta Bale, en el cuarto de hora del que dispuso, inquietó por momentos al área rival.
3- Seguridad defensiva y portería a cero. Diego López casi no tuvo trabajo y no encajó goles en el coliseo blanco por primera vez desde el pasado mes de febrero. En un momento en el que es más importante que nunca el equilibrio defensivo, el Real Madrid parece haberlo encontrado... y todo ello sin Varane, que sigue recuperándose de sus problemas físicos.
4- Motivos para la esperanza. Además de los mencionados Morata y Carvajal, otros dos jóvenes jugadores cuajaron un partido notable. Uno de ellos fue Asier Illarramendi, que volvió a partir como titular y cuajó una de sus actuaciones más notables con su nueva camiseta. El otro, Jesé Rodríguez, que partiendo desde el banquillo encandiló al Bernabéu con varias acciones de auténtico lujo.
5- Comunión grada-equipo. Apenas hubo pitos, murmullos ni discrepancias. Con Benzema fuera del once, Khedira más acertado que de costumbre y la polémica de la portería aparcada, el respetable del Bernabéu no tuvo nada que reprochar a los suyos. Lleno a reventar en el coliseo blanco y ambiente de gala como venía reclamando el club desde semanas atrás.