
Ninguno de los dos está, pero se habla de ellos más que de ningún otro jugador en la plantilla del Real Madrid. Özil e Higuaín se han convertido en los hombres más reclamados por una afición que, ahora que su equipo ha entrado en una pequeña crisis, empieza a echarlos de menos más de lo pensado cuando abandonaron el Bernabéu dejando, en total, casi 90 millones de euros.
Los dos, casualmente, están brillando con sus respectivos equipos en el arranque de Liga. Uno, Özil, sigue dando recitales de asistencias al otro lado del Canal de la Mancha.
Su estilo se amolda a la perfección al fútbol de las Islas y, para colmo, su equipo le ha dado galones de estrella, galones que en el Real Madrid se llevaban hombres como Cristiano Ronaldo o, en esta nueva temporada, Isco. Suma ya tres asistencias en Liga y todo el Arsenal baila y juega a su ritmo.
El otro, Higuaín, sigue creciendo en Italia a ritmo de goles, galones y algo más. En Nápoles lo quieren más que a ningún otro jugador de la plantilla de Benítez. El español confía al máximo en su rendimiento y él responde con exhibiciones día sí, día también. Suma ya tres goles en el Calcio y uno en la Champions, el que le hizo al Borussia Dortmund de Klopp.
Las características de uno y otro son las que se dejaron notar en el derbi del sábado frente al Atlético de Madrid y, en general, en todo el campeonato.
Las de Özil, en primer lugar, porque el Real Madrid jugó sin nadie que enganchara en la mediapunta, un espacio que quedó huérfano por pura decisión de Ancelotti. Sin embargo, y más allá de este dato, Özil se había convertido en los últimos partidos en el hombre asistente para abrir las defensas rivales con acciones a la espalda de la zaga.
Precisamente frente al Atlético, en la final de Copa, suyos fueron los pases más peligrosos de un Real Madrid que ha vivido de sus asistencias en los últimos tres años. Dio 72 en tres temporadas, un récord que parece difícil de batir.
Este año el máximo asistente de los blancos es Benzema, con dos pases de gol, los dos el día que el Real Madrid goleó al Athletic de Bilbao.
En el otro lado, el de Higuaín, el Bernabéu empieza a reclamar la presencia de un delantero que sea capaz de poner en problemas a Benzema. Cierto es que Morata parece estar listo ya para ese reto, pero Ancelotti no parece convencido en darle oportunidades por su juventud, algo que con Higuaín (al que trató de convencerlo para que se quedara) no habría ocurrido.
Especializado en resolver partidos saliendo desde el banquillo (frente al Atlético precisamente ya le hizo un buen puñado de este corte) su efectividad goleadora en Liga empieza a ser un lastre para un Real Madrid en el que, sin Benzema enchufado, sólo Isco y Cristiano Ronaldo parecen capacitados para ver portería rival.