
El exfutbolista portugués Luis Figo fue cazado hace unos días en el sur de Zimbabue. En apariencia, en uno más de sus viajes por motivos profesionales (tras dejar el fútbol se pasó al ámbito empresarial) que le obligan a visitar países de todo el globo terráqueo. Sin embargo, la estancia de Figo en el país africano tiene esta vez un componente extra: su interés en el oro.
Aunque el viaje fue breve y el portugués quiso que fuese lo más discreto posible, el asunto trascendió a los medios locales y alcanzó a todo el mundo después de que un trabajador del aeropuerto de Bulawayo se fotografiase con él y subiera la instantánea a su perfil de una red social. Así, lo que iba a ser una visita de incógnito pasó a ser todo un hecho que desembocó en la noticia final: Luis Figo estaría interesado en invertir en el oro del territorio africano.
Tal y como publica ABC, las evidencias son varias. El portugués viajó junto al propietario de la mina 'Happy Valley', el empresario sudafricano Gayton McKenzie. A pesar de tener varios proyectos de fundaciones deportivas en el país, Figo no se reunió con la Asociación de Fútbol de Zimbabue, pero sí dejo entrever a los medios locales que podría estar detrás de una inversión en minería. Lo que no especificó es si se habría producido ya, ni la cantidad invertida.
Guías poco recomendables
Centro de atención durante su estancia en el país africano, Figo estuvo rodeado en todo momento por McKenzie, un sudafricano que estuvo encarcelado durante varios años por robo de bancos. También le acompañó Kenny Kunene, otro expresidiario convertido a empresario que regenta varios locales en Sudáfrica.
Zimbabue, el país que se encuentra bajo el dominio del dictador Robert Mugabe, aprovechó la llegada de Figo para intentar limpiar su imagen de cara al exterior (los casos de corrupción, de violaciones a los Derechos Humanos y los ataques a los gais han alzado a Zimbabue a una posición incómoda) mediante su aparato de propaganda.
De esta forma, el portugués se ha visto envuelto en una inoportuna visita al país de un dictador de la mano de dos expresidiarios con la intención de invertir en uno de los metales más valiosos del mundo. Un viaje, que sin duda, levantará muchas ampollas en el entorno del exfutbolista. Por el momento, la polémica está servida.