Fútbol

Florentino Pérez manda callar a los aficionados que gritaban "Özil no se vende" en la presentación de Bale

La afición madridista en la presentación de Bale. EFE

Fue la única nota discordante de una presentación feliz en el Real Madrid. Tras un verano de rumores, al fin Gareth Bale estaba en el palco del Santiago Bernabéu para ser presentado como jugador del Real Madrid junto a Florentino Pérez.

Bale posaba con el '11' y se mostraba respetuoso con las jerarquías recordando a Cristiano Ronaldo, "es el jefe, quiero aprender todo de él". Sin embargo, un invitado con el que no se contaba en el Bernabéu se hizo presente en el acto de Bale. Fue Mesut Özil.

El nombre del alemán, que se encontraba pasando reconocimiento médico con el Arsenal, fue coreado por muchos madridistas presentes en coliseo blanco que no quieren que la magia del germano se marche rumbo a la Premier. "Özil no se vende" gritaba el público en el Bernabéu.

El presidente del Real Madrid no lo dudó y se giro a el sector de aficionados y llevándose el dedo a la boca les pidió que guardaran silencio según captó una cámara de As.com

Cánticos en favor de Özil

Pero entre balonazos y saludos a los aficionados, los miles de madridistas, desde la grada reclamaban al presidente del Real Madrid que el '10' blanco no se marchara. Özil negocia con el Arsenal su fichaje por el conjunto 'gunner' y podría dejar en las arcas del Real Madrid en torno a los 45 millones de euros.

Florentino Pérez, que momentos antes había sido aclamado y había saludado a la afición, se giró de nuevo pidiendo silencio a estos aficionados para que Bale tuviera el protagonista merecido.

La titularidad está complicada

La llegada de Bale dificulta aún más un puesto en el medio campo del Real Madrid y las últimas actuaciones de Di María y Özil podrían haber decantado la balanza hacia el lado germano, más apático en los partidos esta temporada. Aún así la afición madridista lo tiene claro y ha reclamado en el día de Bale que Özil no salga del Madrid.

La presentación del jugador galés por el Real Madrid fue un éxito y todo el primer graderío del estadio estaba repleto de público. Algunos aficionados tuvieron que acceder al segundo anillo del campo mientras Bale lanzaba balones a la grada en sus primeros minutos con la camiseta blanca.

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