
El fútbol español empieza a vivir en paralelo a la crisis que acompaña al país en los últimos años. Las consecuencias de los problemas que asolan la Península no son ajenas al balompie. Cierto es que han tardado en aparecer, pero la diáspora de la Liga es ya un hecho. Diáspora que parece ir con los grandes de nuestro fútbol. Mientras Real Madrid y Barça siguen gastando cifras gigantescas para contratar a futbolistas que proceden de otras Ligas, ignoran las grandes perlas españolas. Jugadores que abandonan nuestra Liga rumbo al extranjero a precio de ganga.
La lista de casos recientes es larga y se puede resumir en la trayectoria de algunos internacionales españoles. Nombres como Navas, Silva, Mata o Cazorla han dejado nuestras fronteras para acabar en la Premier League a precioso irrosorios, al menos si se comparan con las cifras que suelen desembolsar los dos transatlánticos de nuestro campeonato.
El primero de estos nombres ha sido el último en dejar España. Navas se marchará al City por una cantidad fija cercana los 20 millones. Silva fue el primero de esta tendencia. También acabó en el Etihad Stadium por 35 millones de euros. Mata le siguió, pero rumbo al Chelsea por algo menos de 25 millones de euros. Cazorla fue el siguiente. Su precio, 15 millones de euros.
La suma de estos cuatro jugadores es de 95 millones de euros, es decir, algo menos que lo que pagó el Barça por Alexis (35) y Cesc (45) o justo la cifra por la que el Tottenham quiere sentarse a negociar por Bale en el caso del Real Madrid.
Otro de los futbolistas que podría seguir a la tanda de anteriores cracks es Isco. El mediocampista del Málaga tiene una oferta en firme del City y aunque el Real Madrid lo pretende, su intención es marcharse a Inglaterra y hacerlo por una cifra ligeramente inferior al valor de su cláusula, cercano a los 35 millones de euros y similar a lo que costaba el 'pack' Isco-Cazorla el curso pasado.
Porque el Real Madrid tuvo sobre la mesa la opción de fichar a ambos jugadores por 35 millones de euros, pero Mourinho lo rechazó. No entraban en sus planes. A cambio, los merengues realizaron una importante inversión por Modric.
El croata costó 35 millones de euros más las variables, lo que ha encarecido su incorporación hasta los 42 millones de euros. Es decir, que por el coste de un jugador, el Real Madrid podría haber fichado dos y haberse ahorrado unos 10 millones de euros.
A estas caras conocidas se pueden sumar otras tantas que están rindiendo lejos de España y cuyo precio tampoco ha sido demasiado elevado. Javi García, Michu, Monreal, Azpilicueta, Pablo Hernández... Todos ellos han sido jugadores de calidad reconocida que se han visto forzados a dejar nuestro país por falta de clubes en España dispuestos a pagar las cifras que daban equipos extranjeros por ellos.
Pero, ¿por qué Real Madrid o Barça no tratan de hacerse con algunas de estas caras conocidas, con rendimiento más o menos asegurado?
No existe una respuesta genérica. Al menos no para todos los casos. Así, por ejemplo, en el caso de Silva, el Real Madrid se decantó por Di María porque Mourinho lo prefería antes que al canario. Y en el caso de Isco y Cazorla pasó algo conocido: no era el perfil que se buscaba.
En el caso de Mata ocurre algo parecido. El asturiano dio el salto al Chelsea porque Guardiola prefirió a Alexis. El español estaba en la lista, pero Pep tenía preferencia por el chileno, aunque eso supusiera pagar unos 15 millones de euros más.
Además, algunos de estos jugadores ya coinciden con otros presentes en las plantillas de estos equipos, jugadores asentados y a los que es complicado mover.
Así, por ejemplo, cuando Cazorla se marchó al Arsenal, el Barça ya tenía overbooking en esta posición (Xavi, Cesc, Iniesta, Thiago...) y el Real Madrid apenas podía ofrecer huecos al asturiano a no ser que hubiera jugado de mediocentro (Özil y Kaká son los mediapuntas blancos)
Sea como fuere, Barça y Real Madrid suelen ser reacios a fichar jugadores nacionales (salvo aquellos que han triunfado lejos de España, como Cesc) porque su rendimiento económico es menor que el de los extranjeros. Los futbolistas que llegan desde lejos de nuestras fronteras aseguran mayores ingresos que los españoles porque arrastran al mercado de los países de los que proceden y también generan negocio dentro de nuestro país.