
El Real Madrid ha dejado vista para sentencia la Liga tras vencer al Racing en El Sardinero. Raúl e Higuaín marcaron los goles de los blancos, que celebraron la victoria como si el título fuera matemático. Los blancos distancian en diez puntos al Villarreal y en once al Barcelona.
El Real Madrid tiene el título en sus manos. El equipo blanco ha dado una lección de saber estar, de equipo que nada a favor de corriente y con muy pocas opciones de perder. Y ante el Racing ha asestado un golpe irreparable a la emoción del campeonato.
Llegaba el Racing al encuentro con esperanzas de soñar con Europa. Es un equipo valiente, que nunca ha jugado competición europea, pero que sueña con estrenarse con la Champions. Habrá que seguir soñando.
En el Madrid hay que destacar, de nuevo, a Sneijder. Es la sorpresa agradable por parte de los blancos en la recta final de la competición. Su empaque en el centro del campo es admirable. El año que viene, además, irá a más.
Pero el partido lo rompió el de casi siempre, el de las eternas críticas, Raúl. El 'Gran Capitán' marcó un gol de pillo, de los suyos, y rompió el choque. Por cierto, con pase de un Robinho mejorado.
El Racing se animó en ataque y tuvo su mejor oportunidad en botas de Tchité, que no pudo batir a un Casillas tan hábil como de costumbre, aunque luego tendría un error menos habitual en él.
Marcelino arriesgaría en la segunda mitad con la entrada de Smolarek y de hecho tendría alguna llegada, pero sin pegada. El Madrid, que jugó con cabeza, supo aguantar la ventaja con serenidad.
Y ya al final llegó la sentencia. Higuaín marcó su segundo gol en pocas fechas, que es noticia, y los blancos lo celebraron como si el título ya fuera suyo. En La Romareda hicieron lo mismo el año pasado, y al final la Liga se marchó a sus vitrinas. Con diez puntos sobre el segundo, ahora no debería cambiar la situación.