Cristiano Ronaldo suma ya 201 celebraciones en el Real Madrid. Tantas como goles ha conseguido con los blancos desde que aterrizó en el Bernabéu allá por 2009. Sin embargo, de todas ellas, una de las más llamativas es la que protagonizó ayer contra el Málaga mientras portaba el brazalete de capitán. El luso hizo el segundo gol de los merengues (el resultado final fue de 6-2) poco tiempo después de haber fallado un penalti.
Desatado de rabia por el error, CR7 estalló lleno de furia y explotó con gestos que dedicó al banquillo blanco, a la grada y a su palco personal, donde su novia, su madre y su hijo explotaron de júbilo ante el tanto histórico de su protegido.
El gol (conseguido tras la ejecución de un libre indirecto dentro del área por dudosa cesión de Camacho a Caballero) se produjo en el fondo sur del estadio blanco, justo el lado en el que se encuentra ese palco compartido por familiares, ya no sólo del delantero, sino de otros jugadores merengues.
Es también el fondo que más cerca queda del banquillo del Real Madrid.
Cuando Cristiano marcó, el portugués salió disparado hacia el córner y empezó a señalarse con rabia el pecho. Casi se lo golpeaba con pasión y furia mientras su dedo índice apuntaba con fuerza el césped merengue. "¡Yo marco aquí! ¡Yo hablo aquí!", se pudo leer en sus labios mientras rebrincaba en su cortejo de alegría por el tanto anotado.
El delantero referencia del Real Madrid había dejado escapar toda la tensión que tenía dentro.
Nada más frenar su carrera, empezó a mirar al banquillo del Real Madrid. Fue entonces cuando sus compañeros se acercaron a felicitarle. El primero fue Xabi Alonso, el hombre que le había tocado la falta con la que consiguió el gol. Después, el resto, desde Özil hasta Modric. Todos quisieron felicitarle.
Cristiano todavía tuvo tiempo de darse la vuelta y volver a dedicarle el gol a su gente en lo alto de la grada de preferencia blanca. Fue el último jugador blanco en regresar a su campo y lo hizo, tal y como mostraron las cámaras de televisión, mirando hasta en cuatro ocasiones al banquillo del Real Madrid. No era casualidad. En sus gestos se intuye un mensaje de autoreivindicación y, sobre todo, de crítica hacia su técnico José Mourinho.
Duelo CR7-Mourinho
En las últimas horas ambos han dejado claro el divorcio que existe entre ambos portugueses. Tras el duelo contra el Borussia Dortmund, CR7 dijo que le daba igual a dónde se fuera Mourinho. "A mí sólo me importa qué pasará conmigo y con el Real Madrid", comentó.
Mourinho no tardó en pasarle factura en sala de prensa y le lanzó un dardo envenenado, culpándole, en parte, del mal campeonato de Liga que ha realizado el conjunto merengue. "Empezamos la Liga tristes", dijo en referencia a las famosas declaraciones del delantero en el inicio del curso.
Cristiano guardó silencio. Hasta ayer que volvió a hablar con los gestos y con una celebración que no dejó indiferente a nadie.
El precedente de la Supercopa
No es la primera vez que Cristiano Ronaldo le dedica con tono desafiante un gol al banquillo merengue.
Tal y como contó en exclusiva EcoDiario.es en el mes de septiembre, el luso también le dedicó el gol que le hizo al Barça, en el Bernabéu, en la Supercopa de España, tras haber sido cuestionado por Mourinho en una charla previa a aquel partido.
"Aquí marco yo. Aquí marco yo", dijo aquel día mientras no paraba de mirar a la zona técnica de los blancos.
La humillación a CR7...
"Empezamos tristes..."
