Fútbol

¿Es Cristiano Ronaldo el mejor jugador del Real Madrid desde Di Stéfano?

Cristiano Ronaldo remata para marcar en 'La Catedral' | EFE

Desde que hace 50 años Di Stéfano dejara el Real Madrid, varios nombres gloriosos se han hecho con un hueco en la historia blanca. Cinco décadas, obvio, dan para mucho, más si el club en cuestión es un equipo de la talla del blanco. Sin embargo, ninguno de esos futbolistas (Gento, Santillana, Juanito, Butragueño, Raúl o Zidane, por poner algunos nombres) han conseguido hacer sombra al mito. Hasta ahora.

La influencia de Cristiano Ronaldo en el cuadro merengue y lo abrumador de sus datos y estilo de juego empiezan a gestar la duda. ¿Es el luso el heredero de 'La Saeta' Rubia en el Bernabéu? Es más, ¿podrá superarlo?

Posiciones distintas

Para empezar, hay que analizar los puestos de cada uno. Cierto es que Di Stéfano jugaba de delantero centro, pero él fue el creador del concepto de 'todocampista', una forma de fútbol total capaz de romper moldes arcáicos para dibujar a un jugador a lo largo y ancho de un campo de fútbol.

El antiguo 9 merengue era capaz de aparecer en la defensa, media y delantera blanca con el mismo brío y la misma capacidad para ser sólido en todas y cada una de estas posiciones. Podía ser, en una sola jugada, el mejor zaguero, centrocampista y ariete del equipo. Todo en uno. Por eso don Alfredo era un genio.

Cristiano Ronaldo es un delantero centro, sí. Un delantero que puede ejercer por las bandas o rematar como un nueve, pero un delantero al fin y al cabo. Es complicado verlo correr hacia la portería de Diego López (o antaño la de Iker Casillas) para defender cual lateral. Y en la medular no distribuye fútbol a lo Xabi Alonso. No. Cristiano es un killer. Pero qué killer.

En su descarga hay que decir que el concepto de futbolista que en su día ejerció Di Stéfano era más factible en el fútbol de antaño que en el moderno.

Porque hoy pocos jugadores son capaces de moverse por todo el campo como lo hacía el hispano-argentino. Cosas de ser un innovador. Nadie le seguía la estela.

Hoy, con la táctica al servicio del fútbol, nada es como antes. Sólo Messi se puede asemejar a aquella movilidad del madridista, pero ni siquiera 'La Pulga' baja a defender como lo hacía Di Stéfano. El fútbol de hoy en día no permite semejantes dispendios.

Arrasando en las estadísticas

Vayamos al aspecto de los datos numéricos. Ahí Cristiano Ronaldo sí que se acerca a la capacidad de Di Stéfano. O mejor dicho, la supera de largo. La 'Saeta Rubia' anotó 397 goles en los 396 partidos (11 temporadas) que disputó con el Real Madrid (0,77 goles por partido).

Cristiano Ronaldo acumula 196 tantos en los 192 partidos (tres temporadas y media) que ha jugado (1,02 goles por partido). No hay lugar a dudas. Cristiano es, por ahora, un ariete más efectivo que lo era don Alfredo.

Cierto es que a Cristiano Ronaldo le quedan todavía 111 once goles para superar al mito del madridismo, pero, comprobando sus guarismos actuales (roza los 50 tantos por temporada) en los dos años que le quedan de contrato (más otros dos si es que renueva) le tendrían que bastar para superar a la 'Saeta'.

Si se comparan estas estadísticas con las del máximo goleador en la historia blanca, la efectividad de Cristiano dispara su valor. Raúl, actual dueño de ese récord (marcó 323 goles con la camiseta del Real Madrid) acumuló en el equipo blanco un promedio de 0,43 goles por partido (jugó 736 en 16 temporadas), muy lejos de los datos que acumula Cristiano Ronaldo.

Cuestión de sensaciones e influencia

Pero más allá de estos aspectos técnico, tácticos o estadísticos, el valor de Cristiano Ronaldo también se mide por lo que significa para el Real Madrid. Y es que la llegada del portugués al Bernabéu ha dado un vuelco a la historia del madridismo del mismo modo que el fichaje (controvertido) de Di Stéfano cambió para siempre la historia del club blanco.

Con don Alfredo al frente de los blancos empezaron a caer los títulos de Liga y llegó el récord de las cinco Champions consecutivas. El dominio del fútbol español dejó de estar en manos de Atlético, Athletic y Barcelona para instalarse en el Paseo de la Castellana.

Cierto es que con Cristiano Ronaldo el cambio no ha sido tan grotesco, pero el jugador luso y su ambición han arrastrado al Real Madrid hasta colocarlo al mismo nivel que el mejor Barcelona de la historia e incluso a superarlo en determinados momentos de la lucha entre ambos equipos (como sucedió el curso pasado o como ha ocurrido en el presente, al menos en los enfrentamientos entre ambos equipos).

En los últimos tiempos el efecto de CR7 sobre el césped es el mismo que generaba en su día Di Stéfano, capaz de ganar él solo los partidos con una diferencia abisal con respecto a sus compañeros. Cierto es que sin ellos, el de Madeira no sería nada, pero tampoco sería la primera vez que él solito resuelve un partido a base de zapatazos, goles de falta, o sprints insuperables. Ni siquiera Raúl era capaz de cambiar el sino de un partido con la misma efervescencia con la que lo consigue Cristiano.

Quizá el único punto en el que gana con aplastante claridad Di Stéfano a Cristiano es el referido a la capacidad de aglutinar él solo un sentido colectivo que a Ronaldo le falta. Egoísta en lo bueno y lo malo, al luso se le inyectan los ojos de ambición cada vez que salta al campo, algo que le impide, por momentos, ver al compañero desmarcado o la jugada más colectiva.

Sin embargo, arrastrado por pesos pesados como Casillas y, sobre todo, Sergio Ramos, la actitud del ariete empieza a cambiar. Una nueva versión del portugués que le convierte en un hombre más combinativo y generoso. Le quedan años luz para ser el crack de equipo que fue en su día don Alfredo, pero todo se andará.

Porque si algo le gusta a Cristiano son los retos. Y el que más le motivo es el de ser el mejor jugador de la historia del Real Madrid. Con esta velocidad de crucero, nada es descartable. Palabra de CR7.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky