Iker Casillas tiene anotada la fecha de hoy, 26 de marzo de 2013, en su calendario de citas clave. Y es que hoy el capitán del Real Madrid y de la Selección Española ha dado, por fin, carpetazo a su mala racha. Desde que Mourinho lo sentara en el banquillo de la Rosaleda, el arquero ha vivido un suplicio, lesión incluida, que hoy, en París, concluye. Porque hoy el de Móstoles vuelve a ser lo que era. Aunque no vaya a jugar ni un minuto en Saint Denis, Iker Casillas vuelve a sentirse, de nuevo, importante.
Lo hace en el hábitat que más le gusta. La Selección Española de fútbol, no hace falta ser demasiado avispado, es el espacio en el que Iker más ha disfrutado en los últimos años.
Ahí, en 'La Roja', sus éxitos han sido mejores que los logrados en un Real Madrid azotado por el dominio del Barça. Con España, ese dominio trabaja a su lado y adquiere forma de compañeros. Ya saben: Xavi, Iniesta, Villa, Piqué, Puyol...
Para colmo, en el combinado nacional nadie duda de él, todo lo contrario de lo que sucede en un Real Madrid donde sus relaciones con Mourinho son mejorables y donde buena parte de la afición lo señala con todo tipo de improperios ('Judillas', el capitán de la 'floja'...) precisamente por no ser de la cuerda de 'The Special One'.
Por eso en la selección Iker siempre encuentra un remanso de tranquilidad al que ha querido responder con su compromiso y apoyo. Casillas, ya lo saben, acompañará esta noche a la vigente campeona del mundo y de Europa en la difícil tarea de asaltar a Francia y evitar, así, problemas en la clasificación para Brasil 2014.
Su llegada se produjo auspiciada por Xavi Hernández. Su amigo, y también capitán de España, lo llamó para que acudiera. Iker pidió permiso al Real Madrid y en la casa blanca se lo concedieron. Por la mañana entrenó en Valdebebas y luego, puso rumbo a Francia. Así comenzó una jornada maratoniana, la de ayer, que terminó como a Casillas le gusta: sin que los focos le apuntasen.
Porque el portero aterrizó bien entrada al noche en París. Desde el aeropuerto se dirigió al hotel de concentración del combinado nacional. Allí le esperaban una docena de aficionados y otros tantos fotógrafos ansiosos de captar la escena de su entrada al edificio. No la consiguieron.
Casillas entró a hurtadillas y por la puerta de atrás. No quería fotos. Él no era el protagonista del día. Lo son sus compañeros aunque, ellos, sus compañeros, hayan visto su llegada como un refuerzo clave. Y eso que no jugará. No lo hará porque Del Bosque no quiso meterse en líos.
No quiso llamarlo sin el alta médica oficial del Real Madrid. El entrenador sabía que podría haber estado, pero mejor dejar las aguas calmadas que revolverlas con una comparecencia que hubiera agriado más las relaciones con su ex club. Lo que sí confirmó es que estará, sí o sí, en la Copa Confederaciones, aunque Mourinho no le dé ni un minuto en lo que resta de temporada.
Y mientras todo esto sucede, otras selecciones señalan a Casillas como ejemplo que seguir. Es el caso de Inglaterra, donde algunos periódicos comparan lo hecho por el español con el gesto del pasado viernes de Rio Ferdinand.
El defensa no estuvo en San Marino apoyando al equipo inglés en la victoria 8-0 frente a este pequeño país, sino que se marchó a Qatar para cobrar un buen dinero como comentarista de una televisión, precisamente con motivo de este encuentro.
"Iker fan-tastico", titula The Sun haciendo un juego de palabras entre su comportamiento y el hecho de que, hoy, sea un fan más de 'La Roja'.