Fútbol

Cristiano Ronaldo y su rol de capitán: del foco constante a la discrección total

Cristiano Ronaldo en una sesión con Portugal | EFE

Cristiano Ronaldo ha desaparecido del foco mediático del Real Madrid. El portugués ha dado un paso atrás. Nada de entrevistas. Nada de palabras que sean exprimidas por la prensa al día siguiente. Su actitud, por el contrario, resalta con la de otros futbolistas blancos. Hombres como Sergio Ramos, Sami Khedira, Özil o Benzema aprovechan los parones con las selecciones para hablar con los medios con los que, habitualmente, en el Real Madrid, no pueden charlar. Algo que, en los últimos tiempos, ha causado más de un terremoto en las oficinas del Bernabéu. De Cristiano, sin embargo, no esperen algo así. Forma parte de su nueva actitud. Su nuevo rol de capitán del Real Madrid.

Es un rol más de gestos y palabras que de brazalete en brazo, aunque esta temporada ya hayamos tenido la ocasión de verle llevando esta prenda cuando, por ejemplo, el Barça visitó la capital con motivo de los cuartos de final de la Copa del Rey. Aquello fue, en realidad, un accidente.

El brazalete, dicen los galones blancos, le toca lucirlo a Casillas, Ramos, Higuaín y Marcelo, por este orden. Sin embargo, sin ninguno de ellos sobre el césped, CR7 se lo puso. Aquel día se pudo ver lo que, en el vestuario, todos sienten: Cristiano Ronaldo ya es uno de sus capitanes.

Es un puesto que viene ejerciendo desde hace tiempo cuando, a principios de años, los roces entre Mourinho y Casillas provocaron el silencio de éste tras su suplencia frente al Málaga y Real Sociedad. Aquel paso al frente se cargó de mensajes responsables, alejados de individualismos y vanidades que, como hoy describe Khedira en Marca, eran uno de los problemas de la casa blanca hasta hace poco tiempo.

En el terreno de juego Cristiano también ejerce de capitán, sin gestos raros o celebraciones salidas de tono, como solía ser norma. Si a ello le unen partidos sublimes y una actitud centrada a pensar en el equipo, el resultado es obvio: es otro jugador.

Pero los jugadores también se miden por lo que callan y no sólo por lo que dicen. De ahí que la actitud del portugués empiece a gustar en el Bernabéu porque, además de remar en pro del equipo cada vez que tiene un micrófono delante, prefiere ocultarse cuando el guión así lo exige.

El ejemplo de los últimos días es evidente empezando, precisamente por un jugador, Sergio Ramos, que sí es capitán. Sus palabras sobre Mourinho y lo dicho tras ganar al Manchester United han causado un revuelo que el propio Ramos ha parado. En siguientes entrevistas ha dejado de centrarse en el portugués e incluso lo ha alabado. "Mourinho es el mejor entrenador del mundo", ha dicho hoy en ABC, apenas un día después de que afirmara que el premio a Del Bosque precisamente como como técnico del mundo era más que merecido.

Otro que ha causado revuelo con sus palabras ha sido Benzema. El francés y sus declaraciones sobre la marsellesa han causado revuelo en el país vecino y deteriorado una imagen que, en Francia, sigue siendo negativa tras su malos números con 'les blues'.

Khedira ha aparecido este jueves en una entrevista en Marca para desvelar que ahora "volvemos a ser un equipo" porque "hemos dejado atrás nuestras vanidades", confirmando, efectivamente, que en tiempos anteriores existieron diferencias entre los miembros del equipo blanco.

Cristiano, sin embargo, no ha hecho acto de presencia. Ni tan si quiera por las redes sociales, donde suele colgar fotos de su vida privada. Está centrado en el partido que Portugal juega contra Israel. No quiere que nada lo moleste. Sólo habló el pasado lunes y su silencio a una pregunta sobre si es feliz en el Real Madrid fue lo más destacado. Apenas hubo más donde rascar.

Es su nueva forma de mejorar su rendimiento y de evitar actuaciones que, en otros momentos, causaban polémica e inestabilidad. Ya no. Con ustedes, el nuevo Cristiano Ronaldo. Capitán de Portugal. Capitán del Real Madrid.

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