
El portero del Barcelona, Víctor Valdés, ha comunicado a sus compañeros del Barça y a su círculo más íntimo su decisión de abandonar el club cuando acabe la temporada. Ya manifestó su intención de no renovar el contrato que tiene hasta el 30 de junio de 2014 y desde entonces la dirección deportiva del Barça trabaja para encontrarle sustituto.
Según la información del diario Mundo Deportivo, los intentos del directo deportivo Andoni Zubizarreta y del del vicepresidente Josep Maria Bartomeu por convencer al guardameta de su contuinidad fueron totalmente improductivos porque Valdés lo tenía y lo sigue teniendo claro. Su etapa en el Camp Nou tiene sus días contados, ni siquiera tiene previsto completar su contrato sino que se plantea dejar el club al término de la presente temporada.
Su voluntad de irse del Barça en 2013 no responde a los rumores de ciertos sectores del barcelonismo que sostienen que el portero podría aceptar alguna de las ofertas que le han llegado desde la Premier o desde otros clubes con propietarios solventes. Sin embargo, el de Hospitalet había tomado su decisión antes de recibir cualquier oferta.
Son fundamentalmente dos las razones que han llevado al portero a adoptar esta postura. Después de haberlo conseguido todo durante diez años en el Barça, incluidos los cinco trofeos Zamora que posee a nivel individual, la ambición, las motivaciones y los alicientes de Víctor Valdés no son los mismos. Además, su personalidad pasional le ha llevado a erosionar día tras días sus relaciones personales con el vestuario y con distintos trabajadores del club. Un ejemplo de ello es el caso de Juan Carlos Unzúe quien tras unos roces tuvo que abandonar el club cuando tiempo atrás era un hombre imprescindible para Víctor.
Algo parecido ocurrió con Zubizarreta, a quien regaló su camiseta al finalizar la final de la Champions de 2011 y ahora casi ni se hablan. Muestra del deterioro de las relaciones de Valdés con algunas personas del Barça. El director deportivo sabe que su marcha posiblemente se produzca este verano, a pesar de que no lo ha declarado oficialmente, y por tanto ya trabaja con la idea de fichar a un nuevo portero para la próxima campaña. Zubizarreta tiene configurada una lista con futuribles guardametas, sólo queda que Tito de su visto bueno desde Nueva York y trasladarla a los máximos directivos en unas semanas.
Relaciones deterioradas
La relación entre Víctor Valdés y Zubizarreta es casi inexistente. Igual que con otros dirigentes del club que han aceptado su firme decisión de marcharse pero no las formas en que lo ha hecho. No sentó bien que el cancerbero agitara las tranquilas aguas del Barça justo cuando Tito Vilanova estaba a punto de viajar a Nueva York para continuar con su tratamiento médico y tampoco gustó que lo publicara en un medio madrileño afín al eterno rival.
También son débiles sus relaciones con otros miembros del vestuario, que no son jugadores, decepcionados por ver como en tan sólo un mes pasaba de hacer piña con otros capitanes cuando Rossell anunciaba la racaída de Tito a generar una situación incómoda para el club con su sorprendente decisión.