Fútbol

Pepe, Modric, Essien y Benzema, los desaparecidos del Real Madrid en Dortmund

Pepe, Essien, Benzema y Modric no brillaron anoche | Reuters / EFE

La derrota del Real Madrid en Dortmund (2-1) será complicada de digerir más que por el propio resultado, por las formas exhibidas. Los blancos se sintieron perdidos en muchos aspectos del juego, pero tres centraron las carencias merengues: salida del balón, defensa de los costados y escasa producción ofensiva. Tres cuestiones básicas en las que cuatro hombres estuvieron ausentes. Pepe, Modric, Essien y Benzema representaron ayer lo peor de un conjunto mermado e irreconocible.

Es verdad que el rival también importa, pero tratándose del Real Madrid, y a menos que el contrario se llame Barça o algún otro gigante de Europa, lo normal es que se piense siempre en uno mismo.

Un conjunto como el blanco debe dominar siempre, sí o sí, los partidos. Por eso es el Real Madrid. Pero ayer no lo fue en ninguna de sus versiones conocidas desde que Mourinho se sienta en el banquillo merengue. Ni posesión, ni contragolpe, ni presión, ni defensa. Nada. Y estos cuatro nombres tienen mucho que ver en semejante naufragio.

Pepe, una cadena de errores

Pepe se convirtió ayer en el peor hombre del Real Madrid y no sólo por el fallo que tuvo en el primer gol del Borussia Dortmund, sino porque en el resto del encuentro estuvo desubicado, desconcentrado y, por momentos, cercano a la versión alocada que tampoco gusta de él. Vayamos por partes.

El momento más negro del portugués llegó en el minuto 35 de partido cuando trató de sacar la pelota jugada en la peor de las condiciones posibles. Primero, trató de dársela Özil cuando el alemán estaba de espaldas y presionado. Para colmo, la pelota se le quedó corta. Encima, el pase se ejecutó con Varane alejado de su posición. Y ocurrió lo que ocurrió. La pelota le cayó a Kehl y éste, de un sólo pase, plantó a Lewandowski solo delante de Iker. Gol del Borussia Dortmund.

No fue la primera vez que Pepe falló en la salida de balón. Una y otra vez el central se empeñó en ser él quien moviera la bola. Xabi Alonso estuvo anulado por la presión germana, sí, pero cerca de él también estaba Modric. Pese a ello, el defensa se empeñaba en pelotazos inútiles o balones cruzados que caían enredados en la medular del equipo del Ruhr.

Para colmo, no supo marcar al propio Lewnadowski (muy activo y libre durante todo el partido) y sus ayudas a Essien se convirtieron en un doble problema. Pepe ocupaba por momentos la posición del lateral y éste, perdido, no ocupaba la del central. Conclusión: un agujero gigantesco en la zaga blanca.

Modric el indefinido

Ayer Luka Modric jugó para su sopresa y casi para su desgracia. Salió por Khedira cuando éste se resintió de su lesión muscular. Saltó al césped frío y frío se quedó durante todo el partido. Su posición fue algo indefinido. Ni mediocentro, ni mediapunta, trató de ser ambas cosas y se quedó en nada. Apenas pudo conectar con un Xabi Alonso que, además, fue anulado por la medular y presión germana.

Conclusión: Modric debió haber cogido el mando pero no lo consiguió nunca. Para colmo, Götze jugó en su zona de influencia y lo bailó de un lado a otro. Actuación que deja en duda a aquellos que piden que el Real Madrid juegue con el corata y el tolosarra juntos. No parece que Mourinho se incline a usar ambos en próximos compromisos.

Essien, sin ayudas y sin posición

Essien fue en el Westfallen Stadium víctima de otros. De Mourinho, de Cristiano Ronaldo y, claro está, del ataque germano. El ghanés volvió al lateral derecho donde no había desentonado contra el Celta. Pero éste era otro toro mucho más bravo que el gallego.

El Borussia sabía perfectamente que sería uno de los puntos débiles del Real Madrid y lo buscó constantemente con constantes superioridades numéricas ante las que nada pudo hacer.

Para colmo, CR7 apenas lo apoyó en tareas defensivas. Desastre al cuadrado que incluso se notó en la salida del balón.

Essien, diestro, perdía por momentos un siglo en acomodarse la bola a su pierna buena cuando la lógica decía que debía controlar con la izquierda. Incluso los jugadores acostados a ese lado del campo no confiaban en él y preferían arriesgar antes de dar salida a la pelota en ese lado. No fue culpa suya. No podía hacer más.

Benzema carente de chispa

Benzema jugó ayer de titular como ordenan los mandamientos de José Mourinho en la Champions. El francés es el preferido para esta competición porque, entre otras cuestiones, Higuaín parece negado con el gol desde el instante en el que el himno de esta competición suena por megafonía. Sin embargo, el francés falló ayer con su habitual cita con la excelencia europea.

Lejos quedaba el recuerdo de lo sucedido en Amsterdam, cuando Karim se dio un festín, golazo de chilena incluida. Sin apoyos y sin apenas movilidad, el delantero se diluyó contagiado por la inoperancia del propio Cristiano Ronaldo. Ni si quiera tuvo la ocasión de probar si el portero rival era bueno o malo. Mourinho lo cambió por Higuaín y lo señaló como uno de los desaparecidos del Real Madrid en la noche de ayer.

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