
El Clásico del pasado domingo ha pasado velocidad del primer al segundo plano del día a día. La ausencia de polémicas apenas ha dado eco al partido del domingo más allá de meramente deportivo. Sólo un hecho acaecido lejos de los terrenos de juego sigue coleando. Las palabras de Pepe tras acabar el partido ("Iniesta es un teatrero") han molestado y mucho al vestuario del Barça.
El enfado en la plantilla es notable. En el conjunto blaugrana ofenden sus palabras e indigna más todavía que nadie en el Real Madrid, especialmente sus compañeros españoles, hayan salido a la palestra a defender al internacional. Tan solo Casillas emitió el pasado lunes una tímida opinión al respecto. "Es una jugada que afecta a Pepe y le tienes que preguntar a él", comentó. Nada más.
A más de un futbolista culé le habría gustado que los blancos hubieran comentado que Iniesta no es un teatrero o al menos que no se puede generalizar en una acción de este tipo. Pero no fue así. Nada se dijo al respecto. Hasta el propio Iniesta, calmado habitualmente en este tipo de polémicas, no pudo reprimir su enfado al respecto. "Lo de Pepe ofende, pero ya todo le conocemos", comentó el manchego en Onda Cero.
"No soy un teatrero. Ni yo ni mis compañeros. Si miramos las acciones de pepe en los partidos, tendríamos muchas opiniones sobre él. Sí duele, duele porque se refiere a ti no tiene que valorarlo. A Pepe le conocemos todos", insistía Iniesta.
Sorpresa en el Real Madrid
Las palabras del central portugués también sorprendieron en el Real Madrid. El club ha virado su estilo y en las últimas ocasiones en las que se ha medido al Barça ha rebajado el tono de la tensión hasta hacerlo casi anecdótico. Hasta el propio Mourinho se muestra comedido y elogia a Leo Messi. "Debería estar prohibido decidir qué jugador es el mejor del mundo", comentó tras la exhibición de 'La Pulga' y de Cristiano Ronaldo. Nunca antes se había visto a 'The Special One' tan conciliador.
Las palabras del resto de integrantes de la expedición blanca siguieron el tono de su técnico. Todas menos las de un Pepe que llevaba tiempo sin meterse en este tipo de polémicas.
Su largo historial de juego duro y sus actitudes fuera de los terrenos de juego se habían moderado. Hasta ahora. Una tendencia que no gusta demasiado en ciertos sectores del club que prefieren la versión más moderada del defensa. Por mucho que sea demasiado complicado controlar los impulsos de un jugador al que siempre le acompañan su fama de hombre duro. En ocasiones demasiado duro.