
El partido de la Liga BBVA entre Barcelona y Real Madrid en el Camp Nou tuvo un momento polémico al comienzo del segundo tiempo con una caída de Özil dentro del área de Víctor Valdés.
El argentino Javier Mascherano, que excepcionalmente jugó como defensa central, causó el derribo del alemán del Real Madrid, si bien el árbitro dejó seguir el juego interpretando que no existió infracción alguna.
En ese momento, el partido marchaba con empate a uno, y finalizó con tablas a dos goles, por los que en caso de que el colegiado hubiera decidido señalar penalti podría haber decantado la balanza a favor de los de José Mourinho.