Los aficionados del fútbol español han comenzado la temporada en pie de guerra. Al nuevo inicio de campaña (nunca antes el campeonato había arrancado tan temprano) hay que unir los intempestivos horarios impuestos por la Liga de Fútbol Profesional (LFP). Mezcla que ha provocado reacciones de enfado en muchos campos de Primera. Estadios como Riazor, Sánchez Pizjuan o Vallecas mostraron su indignación por una nueva temporada de vaivenes.
Algunos carteles rezaron fuertes críticas. El más duro se vio en el Rayo - Granada, cuando un sector de la afición local señaló directamente a Javier Tebas, vicepresidente de la LFP y asesor cercano al presidente franjirrojo. "Si el fútbol es de Tebas, que lo vea su puta madre", afirmaba el emblema que se podía ver desde uno de los fondos del feudo vallecano.
También duro fue el que le dedicaron los 'Riazor Blues' (grupo radical de apoyo al Deportivo de la Coruña) en el regreso a Primera de su equipo: "Odio al fútbol moderno, odio a la televisión", afirmaba la pancarta en cuestión.
Cuatro horas más tarde, a las 23:00, la Romareda presentó un aspecto desolador en el encuentro que cerró la jornada y que midió a Zaragoza y Valladolid. El choque terminó a la 00:50 del martes para indignación del escaso público que acudió al encuentro.
"Así los campos se van a quedar vacíos", decían varios socios maños a la salida. La frase, lejos de ser una simple reflexión, es una realidad. El diario As afirma hoy que la Liga ha comenzado con un 39% menos de espectadores que la media de la temporada anterior.
Una tendencia que podría confirmarse a tenor de la intención de la LFP: para el horario de invierno pretende retransmitir los 10 partidos de cada jornada en un horario distinto con el fin de atraer al máximo posible de espectadores delante de la pequeña pantalla.
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Depor 2-0 Osasuna