
Fernando Llorente, jugador del Athletic de Bilbao, podría convertirse mañana martes en uno de los nombres propios del mercado de fichajes. El futbolista riojano tiene previsto convocar una rueda de prensa en un hotel de la capital vizcaína para anunciar cuál será su futuro en el conjunto rojiblanco. Todo apunta a que el ariete manifestará su deseo de salir de San Mamés este verano. | Arsenal y City, destinos más probables
La noticia saltó este domingo cuando Radio Popular anunció, por sorpresa, y sin aportar muchos más datos, que el jugador tendría una comparecencia pública en el hotel Carlton de Bilbao.
Nadie más se hizo eco de esta información que el propio hotel Cartol no confirmó: nadie había llamado todavía a sus instalaciones para convocar ningún tipo de rueda de prensa, pero, añadían "un acto así se puede organizar de un día para otro".
La información saltó pronto a las redes sociales. La mayoría de los internautas prefirió no darle credibilidad fruto de la sorpresa que supondría una noticia como ésta. Algo similar ocurrió en un primer momento en el Athletic de Bilbao.
De la confianza al temor
Desde las oficinas de Ibaigane se pusieron en marcha para desmentir que la convocatoria fuera cierta. Sin embargo, los intentos del club por ponerse en contacto con Llorente o con su hermano y representante fueron en balde. Ambos teléfonos, así como el de personas de su entorno, estaban fuera de cobertura. Nadie cogió la llamada de Athletic. Ahí fue donde comenzó a crecer la preocupación de sus dirigentes.
Para colmo, y pese a que la noticia creció con fuerza en las últimas horas, nadie cercano al ariete salió a desmentir ambas informaciones, ni la rueda de prensa, ni el motivo de la misma.
Este cúlmulo de circunstancias ha dejado tocado al club. El miedo es creciente. Nadie conoce las intenciones de su estrella, si bien se pueden intuir por dónde irán en caso de que, finalmente, la convocatoria sea cierta.
La renovación que no llega
A lo largo de este año 2012 ambas partes, jugador y club, se han puesto en contacto en múltiples ocasiones para negociar una renovación que, por ahora, no ha llegado. Llorente finaliza contrato el 30 de junio del próximo año y su cláusula de rescisión es de 36 millones de euros más IVA.
A mediados de marzo el club filtró que el acuerdo entre ambas partes estaba muy próximo a producirse. Lo hizo a través de la radio televisión pública vasca. ETB dio por cerrada la continuidad y, aunque en realidad era así, el gesto no gustó al entorno de Llorente, que paralizó el acuerdo y prefirió a esperar para retomar el contacto.
Tres meses después, nada se ha sabido de cómo han ido los contactos. El delantero ha reiterado en múltiples ocasiones su deseo de continuar en el Athletic, pero las dos últimas decepciones rojiblancas (derrota en la final Europa League, derrota en la final de Copa) podrían haber hecho replantear su futuro para salir a un club con más posibilidad de ganar títulos.
De ser así, el club vasco podría verse forzado a negociar una salida a la baja. De no hacerlo, podría ver como su jugador quedaría libre el año que viene, sin dejar ningún ingreso más que los que proporcionarían los derechos de formación. Migajas comprado con el agujero que dejaría el adiós de su emblema y hombre más importante.