El capitán del FC Barcelona, Carles Puyol, protagonizó este viernes una curiosa escena con final feliz a la conclusión de la final de la Copa del Rey que su equipo disputó ante el Athletic de Bilbao.
Puyol celebró el triunfo barcelonista portando la doble bandera autonómica, con la 'senyera' catalana y la 'ikurriña' vasca. Ambas las cogió del público, de entre los múltiples aficionados que ovacionaban al equipo de Pep Guardiola, tanto vascos como catalanes.
El problema llegó cuando el hincha del cual Puyol obtuvo la 'ikurriña' fue un niño de ocho años, de nombre Ibai, que minutos después se dio cuenta de que probablemente estaría perdiendo su preciado 'tesoro'.
Ibai había portado esa misma bandera a Manchester y a Bucarest, para ver jugar a su equipo frente al United y el Atlético de Madrid en la UEFA Europa League, y no quería perderla tras la final de Copa.
Con el pequeño en un mar de lágrimas, su padre decidió acercarle hasta la zona de salida de los futbolistas, donde a altas horas de la madrugada pasaron los integrantes del FC Barcelona.
Allí, consiguieron contactar con Puyol, gracias a la labor mediadora del chófer del autobús azulgrana. El capitán azulgrana bajó del vehículo nada más subir, se acercó a Ibai, y no sólo le devolvió la bandera, sino que además accedió a fotografiarse con él, poniendo el final feliz en una bonita historia futbolística de la final copera.
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