
Fernández Borbalán, colegiado de la final de la Copa del Rey entre el Athletic de Bilbao y el Barça, se convirtió en protagonista involuntario del encuentro al perdonar un penalti y expulsión al equipo culé. Piqué agarró a Llorente dentro del área cuando se disponía a disparar a puerta sólo ante Pinto.
El defensa culé agarró al futbolista riojano cuando éste se daba la vuelta. Después, lo soltó al notar que Llorente caía al suelo.
El colegiado acabó pitando falta del delantero. Los futbolistas del Athletic reclamaron la jugada, pero el colegiado no señaló los once metros, para decepción rojiblanca.
El agarrón llegó cuando el Barça ya goleaba por 3-0 al Athletic.