
Seamos sinceros. El trabajo de futbolista es duro. Lo es no por desgaste físico, presión psicológica y, en ocasiones, por puro pluriempleo. Que se lo pregunten a Sergio Ramos. Defensa del Real Madrid, capitán del equipo blanco y 'niñera' de Pepe. Una joya, ya ven. El vestuario: "Evita provocaciones"
Seguramente los dos primeros 'oficios' del 'Tarzán de Camas' ya los conocían ustedes antes de leer estas líneas. Tengo mis dudas de si tenían conocimiento del tercero, ése consistente en cuidar a un chaval talludito de 28 años, con experiencia dilatada en esto del fútbol y más ceros en su cuenta corriente que esquirlas en sus botas de secar futbolistas.
Así es Pepe, un jugador que hace tiempo que necesita control externo para jugar al nivel que se intuía en sus primeras exhibiciones con el Real Madrid, cuando alguno se aventuró a hablar del verdadero sucesor de Fernando Hierro en el Santiago Bernabéu. No iban mal encaminadas aquellas opiniones. Cualidades le sobran. Impulsos incontrolables también.
Ése es su problema. Perdón: es y lo será. No hay visos de que en su futuro se dibujen cambios de actitud que moderen su fogoso ímpetu. Una lástima. Pepe es un buen tipo. Un gran tipo, diría yo. Se lo digo por experiencia. Pero arrastra un defecto: no sabe frenarse sobre el césped. Por eso necesita ayuda. Por eso Ramos hace mejor a Pepe al igual que Pepe hace mejor a Ramos.
Me explicaré con un ejemplo: Valencia. El duelo del pasado domingo ante los ché evidenció lo pobre que es el nivel del luso cuando a su lado no tiene un 'general' de garantías que controle su fútbol y su anti-fútbol. Es decir, que Pepe necesita alguien con galones que le grite y le diga qué hacer y qué no hacer.
Con Albiol al lado en el duelo de marras, su actitud se desbordó con pases largos incontrolados y pérdidas de posición para buscar la sorpresa en el centro del campo e incluso desde la banda, dónde se atrevió a ejercer de carrilero improvisado y desastroso, por cierto, ya en el tramo final del partido.
Pero no sólo Ramos le sirve para frenar su ímpetu futbolístico, sino que también sirve para aplacarle sus cruces de cable constantes y antideportivos. ¿Se dan cuenta de que las mayores locuras del madridista se han producido cuando partía desde el centro del campo? Allí no cuenta con compañeros que lo frenen. Pepe es Pepe. Y así le va.
Capitán Ramos
Seguramente a Ramos no le habría pateado como sí hizo con Arbeloa. Cosas de galones y de psicología. De experiencia y de inteligencia. Así es también la nueva versión de un jugador poco a poco va dejando atrás su versión más loca para abrazar la filosofía del brazalete del Real Madrid. Cuentan los que tratan con él día a día que sus gestos y actitudes recuerdan más a los de Casillas o Raúl. Sergio también madura.
En este proceso habrá tenido que ver mucho su papel en la Selección Española y el aprendizaje junto a otros capitanes, como Xavi o Puyol. Precisamente 'Puyi' protagoniza un caso similar al de Ramos y Pepe en el Real Madrid, pero en esta ocasión con Piqué.
El propio novio de Shakira reconoce que su compañero es un "pesao" capaz de abroncar a los suyos y corregir posiciones "en un saque de banda a favor con 4-0 en el marcador".
Gracias a actitudes así Piqué ha crecido tanto en las últimas temporadas. Algo que podría haberle sucedido a Pepe de no haber medidado la intervención de un Mourinho que repescó la peor versión del zaguero (la del 'Casquerazo') para malestar de sus compañeros y Sergio Ramos.
Desde entones, el español añadió una nueva función a su currículum: la de de ser niñera de su compañero en el centro de la zaga.