
Gerard Piqué ha pasado por uno de los momentos más complicados de su carrera. El defensa central del Barça ha tenido varios altibajos que le han colocado en el punto de mira. Sus relaciones con Guardiola tampoco han ayudado. Tensiones que han desembocado en una reacción espectacular. Piqué vuelve a ser el mejor central de Europa.
O al menos uno de ellos, con permiso de Sergio Ramos o Vidic, con quien comparte defensa en el teórico equipo titular de la UEFA Champions League según los lectores de su página web. Sea como fuere (para gustos los colores) lo único cierto es que Piqué lleva un puñado de partidos extraordinarios.
El propio Guardiola reconoció este sábado en sala de prensa que su retorno a la mejor versión está permitiendo al conjunto blaugrana brillar en la racha que los culé mantienen en Liga: ocho partidos, ocho victorias.
El infierno del Reyno de Navarra
El último duelo en el que los blaugrana pincharon tuvo lugar en el Reyno de Navarra. Osasuna venció por 3-2 y permitió al Real Madrid colocarse 10 puntos de su eterno rival. En aquel choque todos los dedos señalaron a Piqué. Lento y descolocado, el catalán fue protagonista en los tres goles navarros.
Su castigo llegó unos días después cuando Guardiola lo mandó a la grada por ése partido y otros en los que no había estado a su nivel. También por algunos pecados que a Pep no gustaron. La evolución personal del futbolista no era la mejor. Sin embargo, aquel 'gradazo' impulsó la mejoría de Piqué.
Coloso en Liga y Champions
Tanto, que su participación ha sido clave para recortar los cuatro puntos que le ha sacado el Barça al Real Madrid. Sus últimos cinco partidos de Liga han sido una exhibición. Ante el Atlético de Madrid sustituyó a Alexis en el 39' y fue clave para que Falcao no mojara en la segunda mitad. Piqué frenó los problemas que tenían en la primera parte sus compañeros para frenarlos.
Frente al Sporting fue expulsado, pero anteriormente había ejecutado un gran choque. Sólo sus declaraciones después del partido ("Estaba predeterminado que me iban a echar") enturbiaron su actuación
Su presencia contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán fue también sublime, sobre todo para sacar la pelota jugada desde atrás y así desatascar la presión hispalense.
Ante el Granada volvió a bordar un gran partido y contra el Mallorca su velocidad secó a los rápidos delanteros alineados por Caparrós.
Ayer, además, contra el Athletic, tuvo que pelear con Toquero y las llegadas veloces procedentes de los costados rojiblancos. Pese a ello, Gerard lo hizo de nuevo de escándalo, especialmente cuando salvó bajo la línea un gol que parecía cantado. Munaín ya lo estaba celebrando cuando, rápido de nuevo al cruce, Piqué sacó la bola.
Ya ante el Milan, en San Siro, había dejado muestras de por qué es uno de los mejores centrales del planeta. Ibrahimovic, su ex compañero, no se lo puso fácil y pese a ello, el sueco estuvo casi desaparecido sobre el campo (o pista de patinaje) de San Siro.
Clara evolución hacia su mejor versión que agradece el equipo culé camino del tramo más importante de la temporada. La persecución al Real Madrid, la Champions y la final de Copa del Rey necesitarán de un Piqué casi perfecto. Como lo está haciendo en los últimos partidos. Como casi siempre ha respondido en su carrera el defensa catalán.