José Mourinho convocó este viernes a Ángel Di María como una de las principales novedades del Real Madrid de cara a la complicada visita al Reyno de Navarra. Un regreso lleno de matices. El futbolista ha recaído en varias ocasiones y desde el cuerpo médico no estaban muy de acuerdo con su retorno.
Sin embargo, Mourinho ha decidido contravenir las normas médicas y llamarlo para, como él mismo definió, darle minutos, bien desde el inicio o como revulsivo en la segunda parte. Es un nuevo capítulo de la guerra entre el técnico blanco y Sanitas, la empresa que gestiona los servicios médicos de la casa blanca.
Una guerra prolongada desde hace tiempo. El entrenador merengue ha colisionado en varias ocasiones a lo largo de su etapa en el Real Madrid con las opiniones de los especialistas y su forma de gestionar los periodos de altas y de bajas.
De hecho, el entrenador ha pedido en varias ocasiones a Florentino Pérez que cambie a los responsables de estos servicios médicos. Presiones que ha incrementado en las últimas semanas cuando 'The Special One' incluyó entre los requisitos para seguir en el Real Madrid sustanciales modificaciones en el equipo médico merengue.
Parte de estos recelos también se basan en el blindaje continuo al que quiere someter el preparador a su equipo y todo lo que de él surja. El preparador sospecha que la filtración sobre la importante recaída, precisamente de Di María, antes del Clásico pudo haber surgido desde la enfermería merengue, aunque también sospecha de los españoles del vestuario.
Las peticiones de Mou