Benzema se ha convertido en el nombre propio del madridismo en las últimas horas. Su lesión frente al CSKA de Moscú ha disparado las alarmas, sobre todo porque a estas alturas de la mañana posterior a su dolencia, todavía nada se sabe del alcance que ha tenido y de cuánto tiempo tendrá que quedarse lejos de los terrenos de juego.
El jugador ha sido sometido a primera hora a una resonancia magnética, pero el Real Madrid no ha hecho público ningún comunicado oficial al respecto. Los médicos del Real Madrid afirmaron en la tarde de ayer que nada más realizarse la primera exploración se sabría cuántas semanas estaría sin jugar por lo que, a primera vista, parece un problema de rotura de fibras.
Este 'secretismo' no sorprende toda vez que el Real Madrid (al igual que el FC Barcelona y cada vez mas equipos de Primera División) se ha abonado a jugar con sus partes médicos para no dar pistas al rival.
El último caso es el de Ángel Di María. El jugador se lesionó en la víspera del Clásico copero ante el Barça, pero el jugador no apareció dentro del parte médico hasta cuatro días después de la dolencia.
De hecho, hasta fue convocado con el Real Madrid para disputar el encuentro. En esta ocasión, el gesto respondió a la voluntad de José Mourinho por contradecir lo aparecido en el diario Marca, rotativo que filtró la dolencia un día después de que ésta se produjera.
Casos como los de Carvalho o Sahin apuntan a una misma dirección: los partes médicos hablan de lesiones que tardan más (o menos) en recuperarse de lo que inicialmente se preveía.
La cercanía de la convocatoria de Francia podría estar alimentando esta nueva estrategia. Evitarla alegando esta lesión sería clave para que el jugador se recuperara sin problemas y pudiera estar a tope para los próximos partidos, sin descartarse, claro está una rápida y 'milagrosa' vuelta al campo antes de lo previsto.
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