La goleada del Real Madrid ante el Levante (4-2) terminó con polémica. Polémica doble y que, presumiblemente, favoreció al conjunto merengue. El colegiado del encuentro, Undiano Mallenco, perdonó la expulsión a Sergio Ramos por dos acciones polémicas, especialmente una de ellas: esta brutal patada a Del Horno sin que el balón estuviera de por medio.
El defensa de Camas, especialmente nervioso tras el primer gol del Levante, se 'cobró' antiguas deudas con el lateral izquierdo granota (venían 'picados de anteriores jugadas) en un saque de falta a favor de los blancos y en el que le dio una patada mientras ambos focejeaban por hacerse con la posición.
La acción acabó con Del Horno en el suelo, pero el colegiado del encuentro no vio nada. Más tarde, con 0-1 para los blancos en el marcador, el colegiado pitó penalti y expulsó a Iborra por doble amarilla tras una mano que desde el Levante se consideró excesiva.
La bola cayó del cielo y golpeó en el antebrazo de manera involuntaria, esto es, el colegiado pudo pitar la pena máxima pero haber evitado una segunda amarilla que, según el técnico visitante, Juan Ignacio Martínez "fue demasiado castigo. Con pitar el penalti habría bastado".
Con 10 jugadores sobre el césped, y pese a que al descanso se llegó con empate a uno, los merengues fueron superiores y lograron una victoria clave en su camino hacia el título.