
José Mourinho descubrió el pasado sábado, ante el Rayo Vallecano, que una de sus verdades inamovibles no es tan cierta como él defiende. Su doble pivote para salvarguardar las espaldas del Real Madrid, lejos de ser una virtud, se convirtió en un problema. Inconveniente que, mediada la primera parte, solventó con la entrada de Özil junto a Xabi Alonso y Kaká. ¿Supondrá este movimiento un cambio de ideales para el técnico luso?
Parece complicado. Ante el Ajax de Amsterdam la lógica habla de otra alineación sustentada en el doble pivote que tanto gusta a Mourinho, es decir, Xabi Alonso como creador de juego y un bregador a su lado.
Khedira acompañará de nuevo al de Tolosa porque no tiene más de donde tirar, al menos en lo que a sus conceptos futbolísticos se refiere. Coentrao, lesionado, no podrá jugar hasta el mes de octubre. Lass, ante el Rayo, hizo un muy mal partido que pagó con el cambio al poco de arrancar el duelo. La lógica dice que jugará el turco-alemán.
¿Y Granero? "Granero y Xabi Alonso no los veo juntos. No creo que vayan a jugar", respondió el propio Mourinho antes de jugar el duelo ante el Racing de Santander.
Sus palabras sonaron extrañas toda vez que el canterano y el internacional español protagonizaron una soberbia exhibición de toque y posesión un año antes también en Santander.
El papel de Alonso como único pivote ante el Rayo, acompañado de dos jugones como Kaká y Özil reabre el debate de cómo debe afrontar el equipo blanco los partidos, sobre todo los que juega como local en el Santiago Bernabéu.
¿Realmente necesita un equipo como el Madrid salir a la defensiva con gente que proteja a Xabi Alonso? ¿No juega mejor éste cuando está solo que cuando alguien le acompaña y le quita galones? ¿No se asocia mejor con un buen tocador al lado que con hombres destinados a romper el juego rival?
Dudas que ante el Rayo parecieron resueltas con 15 muy buenos minutos del nuevo mediocampo merengue. La expulsión de Di María hizo que el dibujo se perdiera un poco, si bien Xabi siguió creando fútbol de kilates con los dos mediapuntas a los lados.
Ya la temporada pasada el portugués optó por usar el 4-3-3 en algunos partidos finales, si bien lo hizo con Pepe y Khedira acompañando a Alonso. Es decir: dos destructores junto al creador.
Lo del sábado en el Bernabéu fue una ecuación inversa. Dos maestros junto al director de orquesta. La sintonía sonó muy bien. La recuperación de Sahin podría ser clave para que el técnico insistiera en este sistema, quizá aderezado con la presencia de Coentrao.
De una manera o de otra, perece que el ejemplo dado ante los modestos jugadores del Rayo podría tener su continuidad. En el Bernabéu, el primer mandamiento de Mou (jugarás con dos mediocentros por encima de todas las cosa) se disolvió. Veremos si el futuro hace que el panorama cambie a favor del entrenador.