
Las discrepancias entre los jugadores españoles del Real Madrid y José Mourinho comienza a hacerse cada vez más evidentes. Divergencias que se pusieron de manifiesto la semana pasada cuando todos los nacionales del equipo blanco cenaron juntos y debatieron una postura común con la que moderar el discurso de su técnico. Todos menos uno: Estaban Granero no fue invitado a este encuentro.
Según informa 'El Confidencial', el canterano fue excluido por ser un hombre mimado por Mourinho, con promesas de una titularidad que no se ha producido. Los españoles consideran que podría filtrar lo que allí se dijese al entrenador portugués. Mejor no 'citarle' al restaurante, pensaron.
La charla se habría producido justo después del encuentro frente al Getafe aprovechando como excusa el cumpleaños de Raúl Albiol, uno de los principales afectados por la política del banquillo madridista.
A ella acudieron no sólo los campeones del mundo, sino algún canterano que ya forma parte de la primera plantilla. Es decir: Casillas, Antonio Adán, Sergio Ramos, Raúl Albiol, Álvaro Arbeloa, Xabi Alonso y José Callejón. Siete hombres con tres líderes por encimas de todos.
Casillas (como capitán del equipo) Ramos (segundo capitán) y Alonso son las voces más poderosas de esta oposición a Mourinho. Ellos tres fomentaron el debate más intenso sobre lo que hacer desde ahora en el vestuario del Real Madrid y ante los medios de comunicación. Las quejas fundamentales de este grupo son tres:
- Eliminar el victimismo del discurso blanco. Nada de arbitros, UEFA's o RFEF's. Hay que evitar a toda costa las referencias a los árbitros o a supuestas persecuciones.
- Evitar las provocaciones hacia el FC Barcelona. Nada de desprestigiar al eterno rival por el mero hecho de serlo y mucho menos implicar a otros compañeros de la Selección Española en este tipo de acusaciones. Hay que garantizar la convivencia en 'La Roja'.
- Reducir las protestas constantes durante los encuentros. Cero crispación. Nada de mosqueos gratuitos que distraigan al equipo y puedan provocar pérdida de prestigio y aumento de antipatía hacia los blancos.
El objetivo, así pues es lograr centrar más la atención en todo lo que tiene que ver con el fútbol, esto es, hacer que lo puramente futbolístico sea, sí o sí, protagonista del día a día del club, lo que beneficiaría al grupo y generará mejores resultados.
En esa reunión no se planteó ningún tipo de motín o similar. Es decir, los jugadores españoles del Real Madrid apoyan a muerte a su técnico en los aspectos más deportivos (lo consideran un grandísimo entrenador) pero se desmarcan totalmente de su lado más histriónico y le piden que comience un cambio de actitud. ¿Tendrá éxito la petición de los futbolistas blancos?