
El Real Madrid-Barcelona de la ida de la Supercopa de España volvió a abrir viejas heridas entre los dos grandes equipos del fútbol español. Los jugadores reavivaron capítulos vividos en el 'maratón de Clásicos' del año pasado, con agrias polémicas sobre el terreno de juego.
Si bien el clima en torno al partido no era demasiado propicio para la polémica (mes de agosto, vacaciones, ambiente poco caldeado en los medios de comunicación...), los jugadores se encargaron de encender la llama sobre el césped.
La primera parte pasó con cierta tranquilidad, pero a partir de la segunda se encendieron los ánimos de algunos jugadores, dejando un caldo de cultivo 'peligroso' para el partido de vuelta en el Camp Nou.
El primero de ellos fue Pepe. El central del Real Madrid comenzó la temporada 'enchufado'... pero quizá demasiado. Su excesiva dureza en algunas acciones, con entradas que podrían haberle costado la amonestación o algo más, provocó a los jugadores del Barcelona, que se sintieron 'perseguidos' por el portugués.
Así, también surgió la peor cara de algunos integrantes del vestuario azulgrana. Daniel Alves o Pedro fueron desgraciados protagonistas en algunos momentos del choque por resucitar viejos fantasmas del 'Clásico', fingiendo dolor en varias acciones del juego para detener el partido y perder tiempo con el marcador favorable.
Así las cosas, los ánimos se caldearon en el segundo tiempo y los jugadores de ambos equipos se enfrentaron en ciertos momentos del juego, y aunque en ningún momento la cosa pasó a mayores, la cercanía del partido de vuelta podría provocar que las relaciones entre los jugadores de ambos equipos pudieran retomar los momentos de tensión que hicieron aflorar la cara más amarga del fútbol español a la conclusión de la pasada campaña.