
Culebrón sin fin. Agonía deportiva. El fichaje de Cesc Fábregas promete alargarse. El jugador hablará hoy con Wenger de su situación. Le dirá que se quiere ir y Wenger le dirá que no. Lo de siempre. Mientras, el Arsenal pide 45 millones (no se moverá de esta cifra) y el Barça se niega a dar más de 40. Lucha de intereses con temor a la ruptura de negociaciones. ¿Y si Cesc no termina fichando por el Barça?
La opción, lejos de ser una posibilidad, comienza a convertirse en una opción más que factible. Lo sabe Cesc y lo sabe el propio FC Barcelona. El jugador ya habría filtrado al entorno de Sandro Rosell su malestar por que el club blaugrana no acelera el proceso de su incorporación al Camp Nou. Cree Fábregas que el Barça no lo está dando todo. Así es. En la Ciudad Condal no tienen ninguna prisa porque el futbolista regrese.
El centro del campo blaugrana está más que bien cubierto. No es una prioridad, más si cabe teniendo en cuenta que es un jugador que salió de su propia casa y que, según la zona noble culé, precisamente por eso no es un hombre por el que se deba realizar un gran desembolso económico.
Además, consideran que debe ser el Arsenal el que dé el paso. La promesa de Wenger al jugador es el principal elemento en el que se basan estas consideraciones. Se trata de una cuestión capitán-técnico, entienden en el Barça.
Tras poner 40 millones esta temporada y 37 en la actual (devaluación de mercado), Rosell cree que hace lo correcto. Dar cualquier paso más allá es ir en contra de las normas básicas que se impuso nada más llegar a la directiva.
La esperanza de Florentino
Conclusión: si el Barça no se mueve y el Arsenal tampoco, sólo queda que Cesc dé el paso. El posible 'transfer request' que pediría para forzar su salida no es vinculante. El Arsenal no está obligado por norma a dejarle salir. Sí podría hacerlo porque así lo dicta la tradición de la Premier, pero no sería el primer caso en el que el 'transfer request' no es aceptado, como los recientes casos de Rooney o Tévez.
Así las cosas, si el tiempo avanza y el caso se enquista, podría darse el caso de que Cesc tuviera que vivir un año más como capitán de un Arsenal dónde empieza a no ser tan querido. El jugador y su posición dura de no entrenarse está sentando mal entre un sector de aficionados que cree que está haciendo lo que prometió no hacer: forzar una salida tipo Kun Agüero.
Esta situación podría generar tensiones en el inicio de liga (la Premier arranca a principios agosto) y más amargura si cabe si los títulos siguen sin caer en el Emirates Stadium. Sería entonces cuando desde el Bernabéu se vuelva a inflar un interés que siempre ha existido.
El sueño de Fábregas vestido de blanco sigue en la cabeza de un Florentino Pérez que espera que el mediocampista prolongue su 'agonía' en Inglaterra para dar un golpe de efecto a su eterno rival.