Fútbol

Análisis: El día que Mourinho puso a sus pies a Florentino Pérez y el Real Madrid

Mourinho, durante su presentación en 2010 | AFP

Internet bromea con el asunto. "Tras la destitución de Valdano, Mourinho meditará ahora si renovar a Florentino", comenta un usuario jocoso de Twitter a propósito de la última hecatombe blanca. Ironías aparte, la frase esconde mucho de realidad y poco de ficción. 'The Special One' se ha convertido en el nuevo presidente y dueño del Real Madrid.

Presidente como mandan los cánones. Dueño de los de ordeno y mando sin que en su tarjeta de visita diga nada al respecto del cargo o su condición directiva. Poco le importa a Mourinho. Su voz provoca sumisión. Quizá miedo. Bien lo sabe Florentino Pérez.

El dirigente madridista ha hincado la rodilla ante los pies de su entrenador como nunca antes lo había hecho un mandatario en la historia de nuestro fútbol. El portugués lo tiene danzando al son de sus palabras. Sólo así se explica lo acontecido en los últimos días en el Santiago Bernabéu.

Florentino, presidente del club de fútbol con más relevancia del planeta, pidió a uno de sus asalariados (eso dice el contrato de José Mourinho) que se reuniera con él y Valdano para tratar de desatascar esta 'Guerra de los Rose' versión blanca.

Sorpresa: el asalariado le dijo que no, desobedeció a su jefe y la reunión nunca se produjo. La lógica de cualquier empresa diría que el empleado rebelde habría terminado en la calle. Desgraciadamente para Valdano, este tipo de lógica no existe en este Real Madrid transformado en el dominio total de Mourinho. El despedido fue el argentino y no aquel que desautorizó a su superior. Ex ser superior, que dirían los más ácidos.

La fagocitación del Real Madrid

Lo que en cualquier lugar del mundo se hubiera visto como una nueva insumisión intolerable, en la capital de España ya se asume como parte de la personalidad de Mourinho. Desde que llegó, el entrenador del Real Madrid ha fagocitado todo lo que le rodea.

Desde la organización de los viajes, hasta los fichajes del equipo, pasando por la gestión ante la prensa o las relaciones institucionales con la UEFA y la Federación Española. Todo absolutamente todo está bajo el paraguas del portugués que todo lo vigila. Nada queda lejos de su control.

Por controlar, Mourinho controla hasta aquello que más ha identificado tradicionalmente al club blanco. Algunos lo llaman saber hacer. Otros honor. Los más, señorío.

"¡Vosotros decís que este es un club señor y esto es una puta mierda de club!", gritó el luso la noche de los famosos trece errores arbitrales ante el Sevilla. Aquella bronca en el vestuario, junto a Valdano, nunca ha sido desmentida por sus protagonistas. Todo apunta a que sucedió realmente.

Fue el inicio de la verdadera guerra contra Mourinho. Se lanzó al ataque sin piedad. Quería su cabeza. Ante este pulso, Florentino Pérez meditó hacer lo que cualquier jefe haría: despedir al trabajador rebelde.

Sin embargo, un día después, el presidente del Real Madrid y de ACS plegó velas y mantuvo a su técnico. Ese día, sin saberlo, le entregó el centro de mando del club más laureado en el siglo XX.

La obsesión por los títulos

Mourinho comenzó a desmontar los valores del Real Madrid hasta imponer su único criterio, el de "aquí mando yo". Sacrificio gigantesco movido por la obsesión lacerante que mueve a Florentino Pérez: "Títulos, títulos, títulos..."

Sólo le importa superar al Barça, aunque sea a costa del propio Real Madrid y su historia, aunque sea a costa de apostar todo por un entrenador que ya es el dueño del Bernabéu.

Sólo el tiempo dirá si el sacrificio logra sus frutos y las copas vuelven de manera masiva a Chamartín, aunque incluso en ése caso, el desgaste haya sido quizá desmesurado para los objetivos conseguidos.

En caso contrario, si los trofeos no vuelven a las vitrinas, el fracaso habrá sido gigantesco. Nadie sabe cuál será el siguiente paso. O quizá no sea tan difícil adivinarlo.

Quizá entonces Mourinho decida, esta vez sí, destituir a Florentino Pérez y hacer realidad la evidencia que circula por Internet. El verdadero dueño del Real Madrid hace tiempo que no es quien ocupa su sillón presidencial.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky