España tiene un problema con forma de número clásico: el 9. La delantera de 'La Roja' sufre de una sequía preocupante y de problemas físicos tras una temporada demasiado extensa. Ni Torres, ni Villa están en su mejor momento y Llorente no es más que un suplente sin aspiraciones de arrebatarles el puestos. ¿Y Güiza? En su casa, desesperado por no acudir a Sudáfrica.
Semejante panorama no es más que la consecuencia de una apuesta arriesgada. Vicente del Bosque decidió que no quería cargar la lista de la Selección de arietes, sino que se la jugó con hombres polivalentes de segunda línea (Pedro, Navas, Mata, Silva...).
Confiaba en la rápida recuperación de Torres y en que Villa no sufriese las consecuencias de una campaña exigente y eterna para 'El Guaje'. Sin embargo, tiempo después de la convocatoria y sin descartar que finalmente su estrategia se convierta en todo un éxito en pleno campeonato, las cuentas no le cuadran.
Villa se ha mostrado algo cansado en los últimos partidos amistosos. Mojó ante Arabia, pero no es el Villa con chispa eléctrica de la que tanto depende la Selección.
Torres, mientras tanto, no se está amoldando a los tiempos de recuperación previstos. El propio Del Bosque lo reconoció: "Estamos muy ajustados", dijo sobre 'The Kid'.
El fuenlabreño jugará hoy ante Polonia unos cuantos minutos, pero tenía previsto saltar al césped ante Corea. No lo hizo. Mal rollo. Queda apenas una semana para que España debute. En un Mundial no se respetan los plazos, ni hay margen para fallos.
Llorente es el tercer ariete, pero a mucha distancia de los dos titulares. El del Athletic es el suplente de ambos y el hombre de los recursos aéreos a la desesperada en caso de que algún partido requiera la épica del balonazo al área.
Morriña por Dani Güiza
Por eso el debate en el seno de 'La Roja' es latente: ¿por qué no viajó Güiza? El jerezano ofrecía más alternativas y una experiencia única para un campeonato donde la motivación habría sido su estilo de juego.
Recuperado su olfato de gol en la liga turca, él sí que podría haber suplido (dicen en el eterno de la Federación) un buen recambio para Torres y complemento para el cansado Villa.
Sin su presencia, Del Bosque parece abocado al 4-5-1 como sistema táctico. Se acortan los recursos y se pierde contundencia.
Ya no hay marcha atrás. Sólo el tiempo dirá si la decisión del seleccionadro fue demasiado arriesgada o no, pero lo que sí parece claro es que España echa de menos un ariete en forma que ponga culminación a un equipo creado para las grandes gestas. 'La Roja' echa de menos la magia de su número 9.