Fútbol

Rafa Benítez se aferra a su millonario contrato para seguir en el Liverpool

Rafa Benítez y Steven Gerrard tras quedar eliminados de la Champions

Si de algo sabe Rafa Benítez es de fútbol y de sosiego. La suya es una personalidad inalterable que hoy, más que nunca, se mimetiza con sus circunstancias. Pese a la eliminación del Liverpool de la Champions, el técnico español respira tranquilo. Su puesto en el banquillo de Anfield no peligra.

Un panorama de tranquilidad laboral que para nada casa con el pesar que ha inundado a la afición Red durante las últimas semanas.

De mediocre caminar en la Premier League (actualmente ni siquiera está dentro de los puestos europeos: se encuentra en la séptima posición), el mazazo europeo ha terminado por disparar los peores augurios: el Spanish Liverpool ha dejado de funcionar por primera vez desde que Benítez aterrizó en Inglaterra.

Sin embargo, nada hace presagiar un cambio en los mandos de la nave roja. Los motivos son variados.

Un costoso despido

El primero apunta directamente al contrato del preparador madrileño. Ante los insistentes rumores de un posible retorno a España (sobre todo al Real Madrid), los dueños americanos del Liverpool renovaron el pasado mes de marzo (poco después de vapulear al conjunto merenge en octavos de la Champions) a Benítez hasta 2014.

Una ampliación que le ha otorgado plenos poderes deportivos transformándole en un supermanager también con un supersueldo: casi 5 millones de euros limpios por temporadas le convierten en uno de los entrenadores mejor pagados de la Premier y harían que despedirle costara casi 25 millones de euros.

La venta del club y la afición

El segundo factor que aferra a Benítez al banquillo de Anfield es la voluntad de sus actuales dueños, los estadounidenses George Gillet y Tom Hicks, de vender el club y rentabilizar al máximo su inversión. Algo que sólo lograrían con Benítez en el equipo. Sin él, se pierde caché. Malo para hacer caja.

El tercer y último factor es el cultural. El fútbol inglés suele conservar durante mucho más tiempo a sus entrenadores. Por eso es lógico comprobar como parte de la afición red no ha pedido la cabeza del técnico español. Prefieren aguardar e incluso resignarse.

Si este año no se logran los éxitos esperados, paciencia. La fe en Rafa Benítez es más profunda de lo que se pueda pensar.

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