
Luis Figo vuelve al Camp Nou. No pisará el cesped, pero eso da igual. Casi nueve años después del 'caso del cochinillo', el ex madridista visitará el palco culé como actual asesor del Inter, club en el que se retiró la pasada temporada.
"Vuelvo con mucha ilusión", afirma el ex 7 blaugrana en una entrevista concedida a Público, donde también afirma que esta temporada los de Guardiola lo tendrán más complicado "porque todos conocen como juega el equipo".
No fue lo único a lo que se refirió. También habló del clásico que se celebra en Barcelona el próximo domingo. "No tengo favoritos, aunque el Barça lo tiene más fácil. Si el Real Madrid depende de Cristiano para éste y otros encuentros, significa que no ha habido buena planificación", argumenta.
Amago y regate. Como hacía en el terreno de juego, fuera de él, Figo también eludió sus desencuentros habituales con Florentino Pérez, a quien ya criticó abiertamente el pasado verano en el regreso del dirigente a la casa blanca.
También espera que el Inter gane al Barcelona por afinidad y por su compatriota en el banquillo italiano, José Mourinho. "Su imagen fuera de los terrenos de juego es totalmente distinta a lo que realmente representa. Es un buen tipo", comenta.
Historia de un desamor
En el FC Barcelona todavía no perdonan 'la traición' que el luso ejerció allá por 2000. Tras el pago de 10.000 millones de pesetas (60 millones de euros), el extremo se cambió de bando y aterrizó en el Santiago Bernabéu. Fue el primer galáctico de Florentino Pérez con quien, por cierto, no terminó nada bien su relación al marcharse del Real Madrid.
Un desencuentro que poco importa en la Ciudad Condal. Figo será siempre un renegado en tierras barcelonesas. Desamor que alcanzó en 2002 su máximo auge cuando el clásico se transformó en un constante lanzamiento de objetos contra el extremo (cabezas de cochinillo, botellas de whisky...).