
Fondos con protección del capital, fondos garantizados y fondos a medida. Son muchas las empresas de gestión, casi todas lanzadas a partir de 2006, las que adaptan el riesgo de los mercados accionariales a la conservación del capital o a unas pérdidas máximas definidas a priori. Y captan el comprensible deseo de los ahorradores por una inversión segura y rentable a la vez.
¿Una quimera? Por el momento no se puede decir que la botella esté llena. Por lo menos en lo que a las cotizaciones se refiere, que, desde hace doce meses, siguen haciendo sufrir a los ahorradores.
Tiempos de crisis
Hace justo un año que se comenzaba a hablar de la crisis de las subprime y de ralentización económica. Y, desde entonces, los principales índices de las bolsas mundiales han sufrido profundas sacudidas. Además, desde comienzos de año, la situación empeoró arrastrada por una tempestad mayor de lo estimada.
Desde enero, la media de las bolsas mundiales pierde un 25 por ciento. En Europa, el Stoxx, pierde alrededor de un 27 por ciento. En América, el Dow Jones, más de un 18 por ciento. El CAC 40 francés, poco más de un31 por ciento, y el Ibex 35, en España, un 25 por ciento.
No es, pues, sorprendente que el fondo garantizado DWS Funds Bric Rainbow se haya dejado sobre el terreno más del 20 por ciento de su propio valor. O que el fondo protegido European Defensive de Schroders ceda, desde enero, casi un 12 por ciento.
"European Defensive está destinado a ahorradores que quieren invertir en los mercados accionariales con un paracaídas en caso de graves pérdidas. Consideramos, pues, que realizó bien su trabajo -explica Luca Tenari, responsable de la distribución de los fondos Schroders en Italia-, porque contuvo las pérdidas sufridas por el mercado de referencia y, además, redujo la volatilidad.
Previsiones de riesgo
La familia de los fondos Defensive responde a diversas situaciones de riesgo de los clientes. El nivel de pérdidas máximo posible es definido previamente. Se trata del 5 por ciento en cada trimestre o incluso semestre, según el fondo, excepto en el caso del European Defensive Monthly, que ofrece una protección del 98,5 por ciento mensual.
De todas formas, el problema reside en saber cuánto se puede ganar con estos productos. Porque el mecanismo que regula fórmulas, niveles de protección y garantías es, en la mayoría de los casos, extraordinariamente complejo.
Por ejemplo, las garantías operan sólo el día del vencimiento del fondo y, en general, se asegura el precio medio del momento de la oferta inicial del producto, añadiendo un porcentaje del resultado anual medio de la cartera. Es posible vender antes, pero las comisiones decrecientes con el tiempo no incentivan esta operación.
En los fondos a medida, la garantía cubre el valor nominal del capital al vencimiento, pero el algoritmo hace difícil cuantificar lo que se va a ganar de lo conseguido en el mercado. Las hipótesis más prudentes de rendimiento, ilustradas en los prospectos, no son muy alentadoras. La posibilidad de superar el rendimiento de un título de riesgo de igual duración suele ser del 50 por ciento. Y eso en caso de escenarios favorables.
Por el contrario, los fondos protegidos tienen generalmente un funcionamiento más sencillo de entender y prevén, en el objetivo de inversión, el mantenimiento de un valor mínimo de la cuota, independientemente de la evolución de los mercados.
Es en el ámbito de esta tipología de instrumentos donde destaca la constancia en los resultados positivos de Enovara S&P Diversified Trend, y el 80 por ciento de Altrus Nomura.
La razón de su éxito es el mantenimiento de los buenos resultados pasados, gracias a una correcta reducción de la exposición del fondo a la bajada de la cartera de referencia. El reverso de la medalla de esta técnica de gestión es que la inercia prolongada en el tiempo podría diluir a largo plazo los éxitos conseguidos.
En períodos de descenso repentino de los índices, cuando baja el valor de las cotizaciones, lo conveniente es entrar en los fondos protegidos a un valor cercano o inferior al mínimo salvaguardado, para los que quieran seguir invirtiendo en los mercados a medio-largo horizonte temporal.
Algo que no resulta fácil, porque, de hecho, las empresas de gestión se reservan el cerrar las suscripciones o liquidar el fondo, si presenta demasiada liquidez.
Protección del capital
La demanda de protección y garantía por parte de los compradores italianos de fondos se puede resumir en una cifra: 26.000 millones de euros.
Ése es el montante del patrimonio neto de los 103 organismos italianos de inversión colectiva, que ofrecen una fórmula de protección del capital o del rendimiento. Se trata de un sector relativamente joven, porque cerca de la mitad de los instrumentos se lanzó en los últimos tres años. El objetivo común, aún dentro de la diversidad de las estructuras, es el de participar en el crecimiento de los mercados, pero sobre todo cubrirse ante las fases de descenso.
La validez de esta dinámica ha sido puesta a prueba hasta ahora. De hecho, tan sólo el 13 por ciento de los productos presenta unos resultados superior al 3 por ciento del momento de su partida.
Son, por otra parte, fondos que se pusieron en marcha antes de que se produjera la tormenta de las subprime o que, incluso, están focalizados en mercados de alto valor añadido, como, por ejemplo, los mercados emergentes. El 46 por ciento de los fondos, en cambio, registra una variación negativa, aunque su descenso sigue siendo inferior a la media de los mercados a los que hacen referencia.