Más de 800 millones de electores, 100 de ellos nuevos votantes, estaban llamados a elegir el presidente de la que es, por número, la mayor democracia del mundo. Hablamos de India, un país que concentra el 18 por ciento de toda la población mundial y de la que se espera que se convierta en la tercera economía del mundo por paridad del poder adquisitivo (PPP) sustituyendo a Japón, según un reciente informe publicado por el Banco Mundial.
Se esperaba una victoria de Narendra Modi, líder del candidato del hinduista Bharatiya Janata Party (BJP) y los resultados no han defraudado. El partido de Modi ha logrado más de 330 escaños, lo que le permitirá controlar holgadamente la Cámara Baja y poner fin a 49 años de Gobierno de la familia Gandhi. Una noticia que ha sido ampliamente celebrada por el mercado, ya que se espera que suponga el inicio de un proceso de aperturismo a la inversión internacional, aún prohibida o muy limitada en muchos sectores de la economía como la energía, el juego, las telecomunicaciones o la banca.
"Modi conseguirá impulsar la economía gracias a su política de business friendly por la que ha sido tan aclamado", afirman desde la gestora Aberdeen. Una idea avalada por el propio Modi que convirtió en su gran promesa electoral, ya que ha afirmado en no pocas ocasiones que su propósito es impulsar y favorecer la inversión extranjera como medio para frenar la desaceleración económica que protagoniza India en los últimos años. No en vano, India ha pasado de crecimientos del 10 por ciento como el que tuvo en 2010 al 4,35 por ciento con el que cerró 2013, aunque la previsión que maneja el FMI es que recupere la tasa de crecimiento del 5 por ciento tan pronto como en este 2014.
A la espera de ver si esa previsión se cumple o no, lo cierto es que India despierta cada vez más optimismo entre los inversores. "Debería tener un efecto muy positivo en la renta variable y en la renta fija si la rupia permanece en niveles estables", afirma Juan Luis Luengo, responsable de fondos de Citi. La fuerte reducción del déficit por cuenta corriente -en abril cayó hasta 10.000 millones de dólares frente a los 17.000 de hace solo un año- y la devaluación de su divisa, que les permitió mejorar sus exportaciones -en abril crecieron un 5 por ciento- son los dos pilares en los que se apoyan quienes defienden que en India puede haber pasado ya lo peor. "La debilidad de la rupia ha supuesto un aumento de las exportaciones que ayudará a seguir reduciendo el déficit por cuenta corriente y la vulnerabilidad del país al tapering de la Fed, por lo que pensamos que puede ser un buen año para India", afirma Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders.
Una devaluación que, unida a una alta de inflación, superior al 8 por ciento, ha llevado al banco central indio a elevar los tipos de interés en tres ocasiones desde que el execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Raghuram G. Rajan, fuera designado gobernador en agosto de 2013, hasta el 8 por ciento actual, lo que demuestra la lucha del país por controlar su gran riesgo: la inflación. A juzgar por las previsiones que maneja el FMI va por buen camino, ya que se espera que cierre 2014 con un aumento del IPC inferior al 8 por ciento y que en 2016 caiga del 7 por ciento.
Este optimismo se refleja ya en su mercado. En lo que va de año, el principal índice indio, el Sensex 30, acumula una rentabilidad superior al 12 por ciento y una prueba de la buena acogida que puede tener Modi entre los inversores es que desde el 6 de abril, cuando comenzaron las elecciones, este índice se anota una rentabilidad del 9 por ciento. La misma demanda tuvo también su mercado de bonos, ya que la rentabilidad de la deuda a 10 años ha caído en este periodo del 9,17 al 8,76 por ciento. Además, en la última encuesta a gestores de Bank of America Merrill Lynch, el 44 por ciento de los gestores de Asia y emergentes sobreponderaron a India en su cartera cuando un mes antes no solo ninguno lo hacía, sino que además el 13 por ciento de ellos la infraponderaba.
Pajkah Muraka, gestor de fondos de Axis AM, es uno de esos gestores que lo tiene claro: "Las valoraciones, en general, siguen siendo razonables y, tal y como nos gusta recordar a los inversores, la India de 2014 no es la misma que la de 2009 ". Otro es San Vech, gestor de BlackRock, quien en verano aumentó su exposición al mercado indio. "Estamos largos en India debido a su cultura empresarial, la producción de su industria y su alto nivel de ahorro".
Mejor, invertir indirectamente
Son varias las opciones que tiene el pequeño inversor de participar en la esperada recuperación india. La más obvia es comprar acciones de compañías del país. Las valoraciones no pueden ser mejores. De las 30 compañías que forman parte del principal índice indio, 18 cuentan con una recomendación de compra por parte de los analistas del consenso que recoge Factset. Además, de todas las compañías se espera un aumento de beneficios que de media rondará el 15 por ciento en 2015. Por no mencionar que se estima un incremento del 10 por ciento en los dividendos para el próximo año.
Uno más, ya que según los datos de Henderson, las compañías indias han pasado de pagar 5.600 millones de dólares en dividendos en 2009 a retribuir a los accionistas con 11.400 millones de dólares en 2013, un cien por cien más. Por compañías, las mejores valoraciones están en empresas como Sun Pharmaceutical, Oil&Natural Gas Corp y Tata Motors, ya que de todas se esperan aumentos de beneficio y dividendo, además de ser sólidas compras.
Otra opción es dejar que sean los gestores especializados los que seleccionen las compañías indias a tener en cartera. En este caso, el inversor podría comprar participaciones de fondos de bolsa india y nombres como GS Indian Equity o Schroder Indian Equity, ya que son los más rentables a tres años con ganancias anualizadas del 4 por ciento y cuatro estrellas de rating Morningstar.
Pero la inversión directa no es la opción que recomiendan los expertos para adentrarse en territorio indio. "Hay que hacer una apuesta regional, más que por país", afirma Javier Monjardín, director de análisis de Tressis. ¿Por qué? Para evitar el riesgo país. "India sigue teniendo un grave problema de infraestructuras y es muy difícil crear tejido empresarial si no tienes un plan de infraestructuras. En emergentes, es siempre más importante identificar el mercado el evitar que el que te pueda dar algo más a la cartera", afirma Antonio Salido, de Fidelity. Una idea con la que coincide Juan Luis Luengo, responsable de fondos de Citi. "Es difícil saber qué parte de mi patrimonio se puede destinar solo a India, por lo que la recomendación sería comprar un fondo global con sesgo a India o uno emergente".
Quien opte por seguir esta recomendación ha de estar atento a productos como Vontobel Emerging Markets o Templeton Emerging Markets, ya que son, dentro de los fondos de bolsa emergente, los que más exposición tienen al mercado indio.