
Quienes hace un año apostaron por un fondo de petroleras o compañías de energías renovables, pensando que sacarían partido de la escalada del barril de crudo, deben tener una sensación agridulce. Es cierto que estos productos se han beneficiado de la subida del crudo y la mayoría presentan revalorizaciones, pero estas están lejos de ser tan espectaculares como las experimentadas por el barril en el último año.
Por un lado, efectivamente se han beneficiado de la subida de las materias primas y la mayoría de ellos registra avances a un año, que se sitúan de media en el 9,2 por ciento en euros, según Morningstar, lo que coloca a la categoría Renta Variable Sector Energía como la novena más rentable a un año de los 167 grupos en los que esta consultora articula su base de datos.
Sin embargo, tampoco estarán del todo satisfechos, ya que este avance menor del 10 por ciento se queda a años luz de la subida cosechada por el barril en el último año. El crudo tipo WTI, de referencia en EEUU, marcó ayer otro estratosférico récord en 123,93 dólares, lo que supone prácticamente duplicar los 61,4 dólares en los que se movía hace justo un año. Es decir, una subida del 100 por ciento.
Intentando imitar al petróleo
El fondo de la categoría que más se acerca a este comportamiento de los que se comercializan en España apenas logra captar una cuarta parte de la subida del viscoso elemento. Según datos del proveedor de información VDOS Stochastics, se trata del Schroder ISF Global Energy, que se revaloriza un 27 por ciento en los últimos doce meses, medida su rentabilidad en euros, dada la fuerte apreciación de la moneda europea frente a la de EEUU.
Se trata de uno de los históricos de la categoría, algo que se intuye con sólo mirar sus cifras de rentabilidad a largo plazo, con una ganancia cercana al 100 por ciento a tres años y de casi el 200 por ciento a cinco años.
Este fondo centra la mayor parte de su cartera en petroleras de Estados Unidos, un 44,35 por ciento, aunque curiosamente su principal valor en cartera es la francesa Total, con un 6 por ciento de las inversiones, según la última ficha mensual del producto, que cuenta con cinco estrellas de Morningstar, lo que demuestra que la relación entre rentabilidad y riesgo está entre las más equilibradas de su sector.
El segundo que mejor está cogiendo el ritmo del barril es el Invesco Energy Fund, que cuenta con cuatro estrellas de Morningstar, una menos que el de Schroders, pero que a cambio tiene una nota de calidad en la gestión: la A, la tercera mejor, que otorga S&P. Su rentabilidad se sitúa cerca del 20 por ciento medida en euros, aunque en dólares se aproxima al 40 por ciento.
La mayor parte de la cartera de este fondo está en acciones de petroleras. En su último informe, John Segner, el gestor del fondo (más de 20 años de experiencia en el sector), afirmaba que el producto estaba "sesgado en favor de las empresas de mediana capitalización, si bien el fondo también incluye algunas apuestas de alta capitalización", sobre todo de Norteamérica y Reino Unido.
De gestoras españolas, apenas asoma la cabeza el BK Sector Energía, con una revalorización del 12,3 por ciento en el último año.